La bebida a veces se puede pasar de control y acabar en situaciones o muy penosas o muy cómicas, como la que le ocurrió a un hombre en Brasil que resultó participando en una subasta, la cual ganó. No obstante, el premio resultó ser un caballo y ahora no sabe qué hacer.
En medio de los tragos, a unos amigos de Diogo, el protagonista, se les ocurrió entrar a un grupo de subastas como manera de divertirse. En la travesura apareció la oferta del equino a bajo precio y el joven empezó a ofertar porque le pareció un costo fácil de pagar.
La fiesta siguió y solo hasta el otro día se levantó con una llamada en la que le preguntaban cuándo iría a recoger su nueva adquisición.
"Estaba participando en la subasta online y recuerdo que una persona ofreció 100 reales”, unos 20 dólares. Sin embargo, empezó a crecer su oferta: “luego R$ 200, R$ 450 y luego jugué R$ 520".
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La sorpresa fue cuando "nadie hizo una oferta más alta” y “cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo”.
“Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado", agregó a su relato en G1 .
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Dispuesto a cumplir, empezó a reunir dinero para poder hacer el negocio y obtener la documentación reglamentaria, además del cobro por transportar al caballo. Expuso su problema por redes sociales y terminaron comprándole a él el animal, llamado Alazán.
Eso sí, tuvo que hacer un descuento del 20% para apurar la venta, pues tenía como plazo el 12 de junio para definir la situación.
Sin duda, toda una odisea por una noche de tragos que se salió de control.