Desde julio de 2019 Emily Bugg y Billy Lewis habían decidido casarse en 2020. Como les sucedió a muchos, no contaban con que una pandemia iba a arruinar sus planes de una boda típica, con cientos de invitados, baile, catering, etcétera.
Como parte de los preparativos alcanzaron a entregar un depósito de 5 mil dólares a una compañía de banquetes en Chicago, Estados Unidos , que serían destinados para alimentar a los invitados a la boda.
El evento como ellos lo querían, con cientos de invitados, tuvo que ser reducido drásticamente por cuenta de la prohibición de encuentros masivos. Sin embargo, para ellos lo más importante era sellar su unión y se casaron en un evento un poco más privado, a principios de octubre.
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Conscientes de que el dinero de la comida ya estaba invertido decidieron hacer una obra de caridad. Pidieron organizar 200 platos con un menú de verduras, puré de papa, un buen trozo de pavo y salsa de arándanos.
Emily, de 33 años, trabaja en una fundación que ayuda a personas con problemas mentales y adicciones. Con el visto bueno de su esposo decidió llevar ella misma, junto a sus compañeros de trabajo, la deliciosa cena.
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"Esta parecía una buena manera de sacar el mejor provecho de una mala situación", dijo la mujer en The Washington Post .
Los recién casados tampoco pidieron el dinero del alquiler que habían abonado en el lugar a realizarse la celebración y decidieron dejarlo para algún evento que se realice a futuro en favor de una fundación que trata la epilepsia.
Muchos consideran que la vida se encargará de recompensar a Emily y Billy, sobre todo ahora que inicia su vida de casados.
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