Es normal que un niño siente curiosidad de tener una mascota. Recoger un perro, un gato o insectos y llevarlos a casa resulta hasta tierno.
No obstante, las cosas cambian cuando dicha mascota adoptada termina siendo un ciervo, como le ocurrió a Stephanie Brown durante sus vacaciones en el parque nacional de Virginia, Estados Unidos .
La madre les contó a algunos medios atraídos por su historia que empacaban maletas cuando Dominic daba un paseo por el bosque.
Cuando escuchó que el niño había regresado, se llevó la sorpresa: había hecho amistad con un ciervo.
Publicidad
La imagen fue compartida en Facebook , donde más de 30.000 usuarios han reaccionado.
Publicidad
Por supuesto, la adopción no prosperó y ‘Flash’, como lo bautizó el pequeño, volvió a su hábitat con prontitud.
Sin embargo, queda esta divertida anécdota y, por qué no, una amistad eterna entre el niño y el ciervo.