Pigcasso era una artista inusual, pintaba cuadros con su hocico, de ahí su nombre, en honor al maestro del cubismo, el emblemático Pablo Picasso.
Pigcasso era, en realidad, una cerdita rescatada en el 2016 de una granja industrial en Sudáfrica y cuyo destino sería el matadero. Su dueña, Joanne Lefson, cultivó en Pigcasso el gusto por la pintura, al punto que sus obras empezaron a comercializarse en todo el mundo.
Tan famoso se volvió el personaje que hasta vino hicieron a su nombre. Pigcasso murió a los 8 años como consecuencia de una artritis reumatoidea crónica.
La talentosa cerdita dejó un récord mundial: el del artista no humano más vendido de la historia.