La vida de las Hermanas del Valle transcurre plácida en una granja del condado de Merced, en California, Estados Unidos, una tierra fértil que ellas han aprovechado para sembrar su subsistencia, y no son precisamente legumbres frescas las que cultivan en sus predio, sino cannabis.
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Las llamadas “monjas de la marihuana” han hecho de esta siembra una oportunidad para hacer productos medicinales derivados de la planta y comercializarlos.
Sin embargo, lo más impactante son las campañas de marketing que han creado y que tienen en las redes sociales su principal fuente de difusión.
Kate es la hermana rectora de esta comunidad, que no se define como “religiosa”, pero que ha aprovechado la legalización de la marihuana en California para encontrar algo de prosperidad y, de paso, realizar campañas sociales.