Era tan solo una cría y ya tenía frente a sí el desafío de vivir pese a todo.
Mansur es un osezno al que aviadores rusos encontraron abandonado en la pista de aterrizaje de un aeródomo, poco después de nacer.
Hoy, Mansur es un oso adulto y fuerte y está acostumbrado también a la presencia humana. Andréi Ivanov, uno de los pilotos que lo encontró, se convirtió en su cuidador personal.
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Ambos viven cerca del aeródromo que los unió, en la provincia rusa de Kaluga. Mansur es toda una celebridad en las redes sociales, en las que sus seguidores se cuentan por miles.
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El animal ha crecido de tal forma, que sus cuidadores han hecho un ‘crowdfunding’ para hacerle una nueva casa y para alimentarlo.