Massiel Pereyra y Tomas Cam son la monja y el seminarista, residentes en Perú, que colgaron los hábitos e hicieron de su historia de amor un boom en las redes sociales. Ambos descubrieron en diferentes momentos que la vida religiosa no era su camino y el destino los unió después.
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Massiel estuvo durante seis años en el convento, Tomas pasó siete en el seminario.
La monja y el seminarista se conocieron cuando aún usaban los hábitos, en una clase de Teología, pero hasta ese entonces solo eran allegados y nada más.
"Recuerdo haber hablado máximo, no sé, tres veces con ella en todos esos años. Realmente yo estaba súper enfocado en lo mío", contó Tomas sobre el inicio de una relación que, en ese momento, ni siquiera era cercana.
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“Ella pensaba que yo era un creído (…) No éramos amigos”, aseguró.
“Dan a entender que nos enamoramos dentro (del convento y del seminario), cosa que nada que ver”, recalcó Massiel en un reciente video publicado en su cuenta de Youtube donde dieron más detalles de su relación.
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Aclaró que Tomas no llegó a ser sacerdote, “es falso”.
La monja y el seminarista se reencontraron tiempo después de abandonar la vida religiosa y ahí sí empezó su historia de amor.
“Al principio solo tenía curiosidad de por qué se había salido ella”, relató.
Pero en su primera cita “la vi muy distinta, muy linda, con su bella sonrisa y su manera de vestir tan única. No sé, pero todo empezó realmente cuando empezamos a hablar”, fue una de las cosas que Tomas relató en sus redes sociales.
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Según él, quedó cautivado con Massiel, como en una película “donde la persona habla y el otro no la escucha, sino que simplemente la contempla. Así me pasó a mí y simplemente quise seguir escuchándola y hablar con ella”.
Él insistió en la relación y le dijo: “No sé cómo va a ser nuestro futuro, pero quiero estar en él. Y así empezamos a estar juntos”.
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Llevan casi un año unidos y la historia de amor de la monja y el seminarista se ha hecho viral y ha acaparado varios titulares alrededor del mundo.
“Nuestra historia se sigue escribiendo”, afirmó Tomas.
La monja y el seminarista, como muchos los conocen pese a que ya dejaron los hábitos, recalcan que aún no hay planes de matrimonio, pero “estamos contentos, caminando paso a paso, construyendo nuestra relación”.