Alex Parra es un sobreviviente del cáncer que le ha ganado la batalla no una, sino dos veces a esa enfermedad. Tiene 21 años y una lista de deseos por cumplir y que comparte con sus más de 700 mil seguidores en TikTok y más de 130 mil en Instagram.
Este conferencista motivacional, a quien la enfermedad le cambió por completo la perspectiva, dice, sin temor a dudas, que vive cada día como si fuera el último.
Nada parece borrarle la sonrisa a este sobreviviente de cáncer que un día lanzó una moneda para dejarle al azar su vida, después de haber sido diagnosticado por partida doble.
El primer golpe le llegó en el 2016, con tan solo 15 años, cuando le dijeron que padecía un cáncer de huesos conocido como osteosarcoma. Las quimioterapias no funcionaron del todo y tuvo que resolver un dilema: o reemplazaba su rodilla o le amputaban la pierna.
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Como él mismo lo narró, la cara de la moneda decidió por él y fue así como, cuenta, perdió la pierna.
El cáncer, sin embargo, se había extendido y atacó uno de sus pulmones. Otro desafío más para este sobreviviente de cáncer.
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Decidido a dejar huella, Alex empezó a entrenar para ser atleta paralímpico.
“La promesa que me hice a mí mismo después de perder la pierna fue que nunca iba a renunciar, nunca daría excusas, lo trataría una y otra vez hasta conseguirlo, nunca dudar de mí mismo. Eres capaz de más de lo que puedes imaginar”, asegura este sobreviviente de cáncer.
Y lo ha ido cumpliendo con la lista de deseos que ha compartido en TikTok para ir cumpliéndola en compañía de sus más de 750 mil seguidores.
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En ella incluye desde visitas tan sencillas como ir a un acuario, graciosas como “rendirles cuentas” a unos stormtroopers o motivadoras para inspirar a otros a no desfallecer y luchar por cada día.
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Ojalá pueda cumplir todos sus deseos y seguir haciendo más listas durante muchos años más.
Otras historias que inspiran
Así como este sobreviviente de cáncer, hay otras historias de vida que conmueven, como la de Milena Medina, una mamá de mellizos con parálisis cerebral.
Narra que “la única persona que les puede ofrecer salir adelante y que ellos sean independientes, y nuestro sueño es que ellos caminen, soy yo".
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Dejó su trabajo como asesora de cobranza para cuidar a sus hijos. Y no está sola, gracias al trabajo en equipo que hace con su esposo, Ronald Fernández Ortiz.