A lo largo de los años, la ciencia ha demostrado su capacidad para hacer posible lo que antes parecía impensable. Un ejemplo de ello es la historia de una mujer en Australia que, meses después de perder trágicamente a su pareja, logró concebir a su hija gracias a un procedimiento médico que permitió preservar el material genético de su esposo fallecido.
Ellidy Pullin enfrentó un giro inesperado en su vida cuando, en julio de 2020, su esposo, el campeón de snowboard Alex Pullin 'Chumpy', falleció repentinamente mientras practicaba pesca en ese país. La tragedia dejó un vacío enorme en su vida, pero también la posibilidad de cumplir un sueño que ambos compartían: ser padres.
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Un procedimiento médico y una decisión importante
Antes del fallecimiento de Alex Pullin, la pareja había intentado concebir durante varios meses sin éxito. "Habíamos estado buscando el embarazo como por 8 meses, ambos muy conscientes de nuestra salud, y al final, terminamos yendo a donde los médicos a que examinaran mis óvulos y medir mis niveles de hormona antimülleriana (AMH) -a través de la cuál se mide la calidad de los óvulos- para descubrir que mis niveles estaba realmente bajos", explicó durante una reciente entrevista a la BBC.
Tras la inesperada pérdida, Ellidy tomó la decisión de someterse a un procedimiento de extracción post-mortem de esperma, el cual debía realizarse en un plazo máximo de 36 horas tras la muerte, con el fin de garantizar la viabilidad de los espermatozoides. Este método, aunque poco común, ha sido utilizado en distintos casos alrededor del mundo, siempre dentro de los lineamientos éticos y legales sobre la reproducción asistida.
Con el material genético de su esposo preservado, Ellidy inició un proceso de fertilización in vitro, es decir se fecunda el ovario y el espermatozoide por fuera del cuerpo para luego ser transferido al útero.
No obstante, el primer intento no tuvo éxito, pero en un segundo procedimiento logró quedar embarazada. La noticia fue recibida con una mezcla de emoción y nostalgia, ya que significaba traer al mundo a un hijo de la persona que había perdido meses atrás.
"Cuando recibí la llamada del centro de fertilización, diciendo que estaba embarazada, grité. Le conté a mi perro, a los papás de Chumpy, a mis padres, a mis amigos. Fue un momento tan feliz, tan surreal", y añadió. "Todos sabíamos que una parte de él estaba creciendo dentro de mí, trayéndolo a él de alguna manera, de vuelta a la vida".
El nacimiento de una nueva esperanza
El 25 de octubre de 2021, Ellidy Pullin dio a luz a Minnie Alex Pullin, una niña que se convirtió en el símbolo del amor y la resiliencia. "Era igualita a él. Lo primero que notamos con mi madre, casi de inmediato, fue que eran los ojos de él. Fue un momento tan hermoso, emocional y loco de cierre de un ciclo."
A pesar de la ausencia de su padre, la pequeña nació en un entorno rodeado de afecto y con el recuerdo de su padre muy presente en la vida de su madre. "Chumpy me hace falta todo el tiempo, pero tu vida evoluciona y crece alrededor de tu duelo. Estoy tan ocupada con Minnie, con el trabajo. Pienso en él todos los días".
Hoy, ambas continúan con su vida, enfrentando los desafíos de la maternidad y manteniendo vivo el recuerdo de Alex. Desde su hogar en Queensland, Australia, le cuenta a Minnie sobre su padre y le transmite la certeza de que, aunque físicamente no esté presente, su amor sigue siendo parte de sus vidas.