Concentrada en el juego, Alma se lanza y desvía con la pierna un balón colocado que buscaba las redes. La pelota rebota en el poste y ella lo controla como adivinando la trayectoria. A sus 57 años, la 'La abuelita voladora' cuida el arco de su equipo en Guatemala.
Alma Salazar dice que la edad no es impedimento para defender con destreza la portería, esta vez con el equipo K'rioK's en una liga de fútbol sala de su natal municipio de El Tejar, en el oeste de Guatemala.
"Me gusta más que todo las tiradas (atajadas), los estirones que uno se da, lucirse uno en cada partido. Dar lo mejor que uno tiene", cuenta Alma, una admiradora del español Iker Casillas y del italiano Gianluigi Buffon, de quienes estudia sus movimientos en la portería.
La "pasión" por el deporte nació cuando tenía 19 años. Inició entrenando con un equipo masculino, donde encontró su vocación de arquera y desde entonces se ha parado bajo los tres postes de varios clubes de competencias profesionales y amateur.
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Sus cualidades la han llevado a equipos de la liga nacional de fútbol femenino, uno de los últimos el Panajachel.
El "Alma" del equipo
"Ella (Alma) a pesar de su edad todavía tiene esa agilidad de lanzarse, de marcar los pasos en la portería y cubrir bien el arco", menciona Leopoldo Xinic (56), un comerciante que observa el partido de las K'rioK's contra el New Force en la cancha del parque central de El Tejar.
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"¡Vamos patojas (muchachas)!", alienta Alma a sus compañeras, mientras que los aficionados aplauden cada atajada de la peculiar arquera de cabello negro alborotado que viste una sudadera amarilla y que encontró en el fútbol un refugio ante múltiples tragedias que la golpearon, como la temprana muerte de sus dos únicos hijos.
El fútbol "me ayudó a salir de muchas cosas que pasaban por mi mente", dice Alma, soltera, que se gana la vida como vendedora de juguetes en el mercado local.
Para su familia, 'La abuelita voladora', como le llama cariñosamente la gente a donde va a jugar, se ha convertido en un ejemplo de "fuerza y perseverancia", indica Gloria Quisque (40), hermana de Alma.
"Mire la edad que tiene y ella sigue en la lucha y la verdad que no se ha dado fácil, porque ha sido un proceso de dolor porque ella en la vida ha sufrido mucho y el fútbol le ha servido para salir adelante", agrega Gloria, que reconoce que su hermana "rompió el paradigma" de que las mujeres no podían jugar fútbol.
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Por eso, Alma afirma que atajará hasta su último aliento. "Posiblemente yo hasta que vaya, entre en una caja (féretro), voy a dejar de jugar" fútbol, asegura.
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Entre sueños
En su habitación, en una segunda planta que tiene vista al estadio de la localidad, Alma guarda en una mesa los trofeos obtenidos en su carrera, la mayoría como portera menos vencida. Es fiel hincha del capitalino Comunicaciones, uno de los dos equipos más populares del fútbol profesional de Guatemala.
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Uno de sus sueños es "porterear" en el estadio Santiago Bernabéu, casa del Real Madrid, combinado del que también es aficionada. Además espera conocer algún día a Casillas y a Buffon.
"Me gustaría conocerlos porque he sido una persona muy fanática del deporte y máximamente de los porteros. Yo me he dedicado a ver los partidos de ellos y de allí he ido aprendiendo un poco", cuenta Alma.
Sus compañeras de cancha y comercio también admiran sus hazañas. "Ella todavía anda haciendo cosas como que no aparentara la edad que tiene", relata Milvia Ventura, de 35 años, dueña y jugadora de K'rioK's.
"Yo me siento muy orgullosa de que ella sea una deportista que se entrega en la cancha", agrega Aura López (65), prima de Alma y quien le "cuida" su puesto de venta cuando la arquera debe asistir a un partido de fútbol.