“Esto me ha llevado una eternidad”, comienza diciendo Kiri Atkinson, que cuenta cómo desde hace siete años empezó a perder el pelo.
Lo mismo le ocurrió a su bebé, que ya tiene 2 años.
“Comenzó a perder su cabello en parches, luego, en noviembre de 2019, perdió todas sus cejas, pestañas y lentamente perdió lo que quedaba de su cabello”, relató.
Cuando le confirmaron que su hija tenía la misma condición que ella “sentí una gran culpa y dolor de corazón”, agregó.
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Pero ahora empezó un proceso de aceptación y de descubrir que “ser calva es hermoso”.
“No fui lo suficientemente valiente como para luchar por mí misma, pero soy una mamá valiente, estoy haciendo esto porque NUNCA quiero que mi hija sienta lo que yo en el pasado”, señaló.
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Por eso, Kiri quiere “mostrarle a mi bella princesa que no importa cómo se vea, siempre y cuando haga todo lo posible para ser una buena persona”.
Dijo ser consciente de que su bebé tal vez empiece a sentir la presión social cuando ingrese al jardín, porque “todo lo que se necesita es que una persona diga algo negativo”.
Por eso esta joven madre decidió emprender una lucha personal por su hija.
“He pasado por tantas cosas en mi vida y he sufrido de salud mental desde que tengo memoria, mi vida ha estado en espera por demasiado tiempo debido a la alopecia, pero ahora es el momento de recuperarla y mostrarle a mi niña que puede ser lo que quiera y hacer cualquier cosa y nada ni nadie puede detenerla”, afirmó.
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