Bien dicen que una amistad incondicional es la que está en las buenas y, sobre todo, en las malas. Esta historia, protagonizada por un adulto mayor que resultó contagiado de COVID-19 y su perrita, es un buen ejemplo.
Frederico Lucas Minatto, de 92 años, ingresó a un hospital del municipio de Criciúma, en Brasil , por complicaciones de salud generadas tras infectarse de coronavirus y, según sus hijas, cuando lograban hablar con él la pregunta más recurrente era “¿cómo está Lilica?”, su mascota.
Y no era para menos, pues la perrita había acompañado a don Frederico durante más de 10 años. Por ello, sus hijas hicieron todo lo posible para que recibiera un rato de fiel compañía mientras se encontraba hospitalizado.
Inicialmente pensaron llevar a Lilica a escondidas, pero luego contaron con la ayuda del personal médico y cuando Frederico llevaba 9 días hospitalizado recibió la visita que lo alegró y, además, ayudó a que sus niveles de oxígeno aumentaran.
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Con todas las precauciones necesarias, estuvieron una tarde de domingo juntos el pasado 24 de enero. Sin embargo, la felicidad no fue completa, dos días después del encuentro el hombre perdió la batalla contra el COVID-19 y falleció.
Una de sus hijas aseguró en medios locales que él solo había estado esperando para despedirse de su amiga.
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“Entre tantos desafíos que enfrentan los pacientes con COVID-19, también está presente el anhelo por la familia, los amigos y sus seres queridos. Por lo tanto, cuando es posible, reuniones como esta pueden reducir el anhelo y traer alegría y especialmente la tan necesaria esperanza”, escribió el Hospital Sao José en susredes sociales.