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Harriet, la gallina que perdió a sus huevos y acabó adoptando a una camada de cachorritos

Al ver que la perra del lugar tuvo cachorros, la gallina comenzó a seguirlos por toda la granja, les mostraba cómo comer y les ofrecía de sus gusanos. Vea aquí las tiernas imágenes.

Harriet, la gallina que perdió a sus huevos y acabó adoptando a una camada de cachorritos
La gallina se viralizó en redes por cuidar de una manada de cachorros.
TikTok: WindridgeFarmTales

El amor de madre no discrimina a ninguna especie y esto parece haber sido comprobado por Harriet, una gallina de Estados Unidos que, tras perder sus huevos, decidió "ayudar" a la crianza de 10 cachorritos que nacieron en su granja.

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Por medio de TikTok, Tracie Hale, la encargada de la granja, contó que la gallina, conocida en el granero como Harriet, comenzó a anidar al mismo tiempo que Lucy, la perra del lugar que quedó embarazada.

Aunque la gallina fue cuidadosa con los huevos, estos acabaron siendo devorados por los perros del lugar, algo que, según Hale, es un instinto natural de los canes, pues su raza se ocupa de ser guardianes de ganado.

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"Me dio pena Harriet porque después de eso no tenía más huevos sobre los que empollar, pero se quedó allí sentada", comentó la granjera a People.

Pese a que perdió sus huevos, la gallina encontró su propia manera de ser madre, pues cuando Lucy dio a luz decidió acompañar a los cachorros, llegando incluso a sentarse sobre ellos como lo haría con sus propios polluelos.

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Siguiendo su instinto, la gallina comenzó a seguirlos por toda la granja, les mostraba como comer y les ofrecía de sus gusanos.

"Harriet se da cuenta de que no podrá quitarle estos cachorros a Lucy, por lo que optará por un enfoque de crianza compartida. Lucy parece estar de acuerdo con esta idea. Solo le brindará más apoyo", describió la mujer.

Esta no es la primera adopción en la granja

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Para Tracie, esta historia fue particularmente conmovedora, puesto que ella misma también es un testimonio de la magia de la adopción.

Todo ocurrió hace unos 20 años cuando, después de que la fertilización in vitro le fallara, decidió adoptar a un niño. La maternidad le gustó tanto que en 2007 decidió abrir las puertas de su hogar (y su corazón) a otro pequeño.

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En sus palabras, todas las madres, sin importar la especie, son iguales. "Qué regalo tan precioso puede dar una madre desinteresada a otra, cuyo corazón y cuyos brazos duelen esperando llenarlos con su propio paquete de alegría", expresó.

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