En el municipio brasileño de Santa Clara do Sul, los pobladores han sido testigos de una historia de amor que sobrepasó la muerte. En el cementerio local, diariamente, un perro de avanzada edad
se posa sobre la tumba de su dueño para ofrecerle su fiel compañía.
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Branquinho, un perro criollo de 15 años, fue criado por Ademar Seidel y su familia. En entrevista con RBS TV, Clair Seidel, esposa de Ademar, dijo que se convirtieron en un dúo inseparable después de que el can ayudara a su esposo a salvarse del ataque de un toro.
"Yo estaba dentro de la casa y no pude ayudarlo. Entonces el perrito lo vio, fue allí y golpeó al toro", comentó Seidel, quien aseguró que gracias al valiente acto del animal su esposo había podido escapar del bovino, llevándose consigo a Branquinho.
El perro y Ademar tuvieron una relación cercana hasta noviembre de 2020, cuando el hombre falleció. En medio del proceso de duelo, la familia comenzó a sacar los objetos del fallecido del hogar, sin embargo, Branquinho se rehusaba a dejar ir a su dueño. La mascota estaba apegada a un tractor que era conducido por Seidel y se quedó días al lado del vehículo, que cuando era encendido, se lanzaba a perseguir.
A pesar de ello, el perro encontró una manera de volver a compartir con su dueño, por lo cual todos los días va a visitar su tumba en el cementerio local, donde se recuesta por horas sobre la losa de granito que cubre a su amado Ademar.
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Fabiano, el yerno del difunto, dijo que desde la mañana el perro se prepara para correr tras él e ir al cementerio.
"Cuando se ve a un animal así, la gente se emociona", comentó Elmiro Nitsche, habitante de la zona.
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Poco a poco, el animal parece estarse recuperando y hace un mes se convirtió en padre de dos cachorros, pero no deja de lado las visitas a su amigo fiel.
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