Un hombre armado entra a robar a una tienda en la localidad tailandesa de Chiang Mai, y mientras el dueño susurraba el nombre de su perro Lucky buscando ayuda, este seguía en su plácido sueño sin inmutarse en lo más mínimo.
Afortunadamente para Worawut, todo era una farsa y el asalto no era real. Lo había simulado para ver la reacción de Lucky, el perro que había sido entrenado por meses y a quien llamó así porque “le da suerte”.
A pesar de que Lucky falló miserablemente, el joyero no se molestó con él. “Creo que talvez la misión de Lucky no es protegerme sino darme felicidad”, concluyó el hombre.
Publicidad