Médico de 78 años le propuso matrimonio a la que fuera su novia de la adolescencia

Thomas McMeekin y Nancy Gambell se conocieron en la escuela secundaria, cuando eran adolescentes. Por motivos de la vida, sus caminos se separaron; sin embargo, 60 años después, volvieron a encontrarse, y ahora planean un matrimonio que, esperan, dure por el resto de sus vidas.

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Su historia de amor comenzó cuando fueron compañeros en la escuela secundaria de Quincy, en California. Tras décadas separados, se reencontraron hace 10 años, en la reunión 50 de los alumnos de la clase de 1963, pero no había pasado nada, ya que para esa época ambos estaban casados.

Sin embargo, hace poco volvieron a ponerse en contacto para el encuentro número 60 de la escuela, que se llevará a cabo en agosto, y en ese momento ya ambos estaban solteros.

Las imágenes muestran como MacMeekin, de 78 años, espera ansioso a su novia Nancy en el aeropuerto de Tampa, Florida, en Estados Unidos. La recibe con besos y alegría y luego ella se sienta en una de las sillas de la terminal de transporte aéreo y él la agasaja con un ramo de rosas rojas.

Mientras ella observa el ramo, el septuagenario pone una almohada en el suelo y se hinca de rodillas para hacer la propuesta de matrimonio que para muchos es la muestra perfecta de que nunca es tarde para el amor.

La emoción del momento hizo que los extraños rompieran en llanto por las enternecedoras palabras que inundaron el recinto, el cual se llenó de aplausos tras el "sí, acepto" de Nancy.

Dicen ellos que pasarán pocos días antes de que sellen su amor con la ceremonia de matrimonio, pues a su edad no le ven mucho sentido esperar mucho tiempo para demostrar su cariño.

La boda se realizará en California, donde hace más de medio siglo los hoy comprometidos se dieron su primer beso de amor juvenil.

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La mejor terapia de relajación

El video de un gato disfrutando de una improvisada sesión de pianoterapia enternece a los amantes de los animales. El peludo acompañante llamado Haburu se postra sobre el instrumento de su dueño, en el cual, dichoso, disfruta de masajes producidos por las notas que se emiten del teclado.

El "miausaje" utiliza desde las piezas clásicas hasta composiciones más experimentales, todas encaminadas a que el felino disfrute al máximo del talento de su cuidador, y, acto seguido, conforte con su tranquilidad a sus miles de seguidores.

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