El secreto de Sor Margarita, el hombre que vivió como monja durante 22 años: esta es su historia
Vivió tras los muros de un convento gran parte de su vida, fue criado como una niña por monjas y dejó embarazada a una compañera. ¿Cómo logró salir de esta vida? Le contamos.
Durante años, la vida de convento le resultó natural -
Frank Tavares ocultó su verdadera identidad durante 22 años tras los hábitos de una monja y fue conocido públicamente como "Sor Margarita". El hombre dominicano vivió bajo una identidad femenina la mayor parte de su vida por circunstancias que no pudo controlar. En una entrevista dada a El País en 1993, el hombre reveló que incluso dejó a una de las monjas del convento embarazada y se alejó de la única rutina que conoció por años.
Todo comenzó cuando Frank tenía apenas cuatro años. Un accidente de tránsito en el que murieron sus padres lo dejó huérfano y al cuidado de sus abuelos, quienes, sin recursos para mantenerlo, lo entregaron al cuidado de unas monjas en un convento. Con rasgos delicados y un cuerpo menudo, las religiosas asumieron que se trataba de una niña, y así fue como comenzó a ser conocido entre las religiosas como María Margarita.
Sor Margarita, el hombre que creció como monja
Durante años, la vida de convento le resultó natural. Fue educado como una niña, tratado como tal, y progresivamente se integró a la rutina de las novicias. Frank jamás se desnudaba frente a las demás ni se bañaba en grupo. Aprendió a ocultar su cuerpo con gran ingenio: usaba pantis estilo calzoncillo, fingía tener el período y siempre vestía túnicas holgadas.Todo, para no revelar lo que sabía desde niño: que su cuerpo no coincidía con el papel que le habían asignado.
Sor Margarita, el hombre que creció como monja -
Captura de pantalla tomada de: Estonoesradio
Ya en la adolescencia, sus dudas comenzaron a crecer y buscó la opinión de un médico. La respuesta fue clara: no era hermafrodita ni había ambigüedad alguna. Era un hombre, aunque su mente había sido formada con una identidad femenina, pero su cuerpo y su deseo le gritaban otra verdad. Y esa verdad pronto se convirtió en un secreto imposible de ocultar. Así que, con el tiempo, el rumor se propagó.
"Desde los 13 años he tenido mucho éxito con las mujeres. Ellas me buscaban. Yo no soy homosexual. Ni hablar. Y los que han querido probarme se han llevado una buena respuesta. Me molesta que me falten el respeto", le contó a El País.
Un hombre en los hábitos de una mujer
En entrevista con Estonoesradio, el hombre reveló que tenía "un problemita, mi órgano reproductivo era muy pequeño cuando nací y todos se confundían. Los médicos querían identificarme el sexo, pero no podían, ellos dijeron 'déjenlo que crezca, con eso lo vamos a identificar'. Yo perdí a mi padre cuando tenía 4 años, vivíamos muy cerca de las religiosas, fue cuando las monjas se hicieron cargo de mi educación y comencé a crecer entre niñas y mujeres. He tenido que tener mucho tratamiento psicológico para yo entenderme y aplicarme mi propia terapia", expresó Frank.
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Y es que, con el tiempo, sus compañeras comenzaron a notar los detalles: la voz, los movimientos, ciertas actitudes. En la penumbra del convento el hombre tuvo relaciones sexuales, noticia que se extendió en el convento, pues una de las novicias había quedado embarazada; aunque el asunto nunca llegó al confesonario, se convirtió en una carga difícil de llevar. Las superioras le sugirieron dejar el convento y buscar otro lugar para continuar su vocación. Así lo hizo.
"Para mí fue una lucha interna y un sufrimiento inmenso al estar entre mujeres, actuaba cómo tal. Lo que más me molestaba es que en mi mente yo tenía la mentalidad de mujer, pero veía que no lo era. Yo tuve apendicitis cuándo tenía como 18 años, las enfermeras que me atendían veían mi cuerpo y no entendían cómo me hacían pasar por monja", relató. Y es que Frank no llegó al convento para ser monja, fue criado como tal por las mismas religiosas; esto no quiere decir que no le gustará su vida religiosa, de acuerdo con lo dicho a la emisora, "esa era mi familia. Me sentía bien".
Un hombre en los hábitos de una mujer -
Foto tomada de Estonoesradio
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El hombre dejó embarazada a una monja en el convento
A Frank le atraían las mujeres. En diálogo con la emisora explicó que la razón por la cual todo se dio a conocer fue por "las relaciones sexuales. Yo les atraía a ellas y ellas a mí, vivían tocándome y manteníamos relaciones. Desde los 12 años empecé a sentirme atraído, a pesar de que yo seguía siendo Margarita, era conocida como 'la niña traviesa'". En el aspirantado, conoció a Silva, a quien Frank describió como "al amor de mi vida", con quien experimentó una relación y resultó embarazada.
Silvia desapareció tras contarle que estaba esperando un hijo suyo. Nunca volvió a verla ni supo qué fue de ese niño. Esa pérdida, sumada a la carga de 22 años de vida en un cuerpo silenciado, lo llevó al borde de la locura. Decidió entonces despojarse de los hábitos y, con ellos, de Sor Margarita, el nombre con el que fue criado. Nació entonces Frank Tavares, el hombre que finalmente se atrevía a vivir su verdad.
Instalado en Santo Domingo, Frank comenzó de nuevo. Trabajó como costurero y corrector de textos en el periódico El Sol, donde también se desempeñó como encargado de taller. Escribió un diario durante años, que luego se convertiría en su primer libro: La monja desvestida. La publicación tuvo una gran acogida en República Dominicana, aunque según Tavares, apenas recibió unas pocas ganancias. Su historia fue contada en programas de televisión, podcasts y diarios internacionales.
Hoy, a más de cuarenta años de haber abandonado los hábitos, Frank Tavares camina con libertad. Ya no es Sor Margarita, aunque sea "el recordatorio del sufrimiento que tuve que pasar", como eco de su pasado. El hombre sigue siendo un religioso y continúa trabajando como costurero y dando comidas económicas en un pequeño comedor. "Desde que aprendí a escribir, el lápiz y el papel fueron mi salvación y el diario mi desahogo. Yo me sentía atrapado, aunque estaba rodeado de cariño. Dios siempre me ha ayudado", expresó.