Un día soleado acompañó la graduación de decenas de jóvenes bachilleres del Rollins College, en los Estados Unidos. Entre ellos se encontraba la mejor estudiante, que no solo se graduaría con honores sino que dejaría uno de los momentos más inspiradores en la historia de este claustro. Su nombre, Elizabeth Bonker.
A sus 22 años, padece autismo sin habla y su forma de comunicarse ha sido escribiendo en un teclado especial. Así dio el discurso de graduación.
“Mis problemas neuromotores también me impiden amarrarme los zapatos o abotonar una camisa sin ayuda. He escrito este discurso usando un dedo, mientras un compañero sostiene el teclado”, expresó Elizabeth, quien reconoció que ha luchado toda su vida por ser escuchada y aceptada.
Dijo que hoy en el mundo hay 31 millones de personas con autismo que no hablan y están encerradas en una jaula silenciosa.
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En un auditorio que retenía el aliento, la joven invitó a sus compañeros a usar la voz que Dios les dio “porque si pueden ver el valor en mí, entonces, podrán ver el valor en todos”.