Una mascota desesperada ante la ausencia de sus dueños más un descuido fueron la combinación perfecta para que en Manila, Filipinas, vivieran un angustiante momento.
El perro, que se encontraba solo en el apartamento, vio en una ventana abierta la mejor forma de huir del encierro. El animal estaba encadenado, lo que irónicamente le salvó la vida, pues impidió que se estrellara contra el suelo.
Eso sí, tuvo que agarrarse de la pared durante casi 20 minutos para no acabar estrangulado.
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Alertados por los vecinos, dos jóvenes rescatistas le salvaron la vida y el agradecimiento fue general; una historia de segundas oportunidades y una lección para quienes tienen mascotas.
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