La Amazonía boliviana es el paisaje donde se registra la curiosa amistad entre un pescador y un caimán de cuatro metros, a quien Alejandro Gil bautizó como ‘Jesús’.
En entrevista con el medio Bolivisión, este hombre, que también se desempeña como guía turístico, hizo una importante reflexión: “elimino el título de ‘mascota’ del caimán y elimino el nombre que me dan de “amo”, pues nadie es amo de la naturaleza”.
También explicó que ‘Jesús’ vive “libre y soberano e independiente” en el río Yakuma.
La amistad entre un pescador y un caimán en Bolivia empezó hace cuatro años y hoy día Alejandro puede llamarlo y él sale del agua para recibir alimento. Sin duda se ha convertido en un atractivo turístico gracias a la paciencia del guía.
Publicidad
Y es que no es para nada fácil estar cerca de este animal, que con sus cuatro metros de longitud y una hilera de colmillos causa impresión. De hecho, a pesar de los años de amistad entre un pescador y un caimán, Alejandro aún se acerca a él con respeto.