Ignacio María Doñoro de los Ríos es un héroe que, en lugar de capa, tiene sotana. Eso sí, tuvo que esconderla bien para hacerse pasar por traficante de órganos y así poder salvar la vida de un menor, cuyos padres lo estaban vendiendo para obtener algo de dinero.
La historia de este cura que se hizo pasar por traficante de órganos fue conocida por el diario El País , de España, su patria, aunque los hechos tuvieron lugar en El Salvador. Allí descubrió que una familia estaba vendiendo a su hijo de 14 años que sufría parálisis.
Si el término “vender a una persona” de por sí es sórdido, lo es más al tener en cuenta que Manuel iba a ser vendido por 25 dólares, una suma con la que se podría comprar un pantalón o una camisa de marca. No hay precio que pague por un ser humano, es un delito, punto. Al conocer esta situación, el padre Ignacio decidió entrar en acción.
Este cura que se hizo pasar por traficante de órganos se llenó de valor e ideó un plan para salvar la vida de Manuel. Se dejó la barba una semana, se vistió con una camisa sucia y a bordo de una vieja camioneta llegó a la vivienda. Subió la oferta por el adolescente: 26 dólares para llevárselo.
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La familia accedió. Con esos dólares, dicen, pensaban alimentar a sus otras cuatro hijas.
(Vea aquí: Niño cayó a un pozo de 30 metros cuando jugaba: así fue el angustioso rescate tras 8 horas )
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Con la adrenalina a tope, el religioso ingresó a Manuel al vehículo y emprendió un viaje a la salvación: “En unas décimas de segundo me di cuenta de que aquello era el tren que pasa una vez por tu vida, que o lo tomas o lo dejas. Y que si lo tomas te va a llevar allá donde jamás pensaste que irías”, señaló a El País.
La parálisis que padecía Manuel, el joven rescatado, no significaba una sentencia de muerte. Medicamentos y un duro proceso de rehabilitación le permitieron tener una mejor vida y años después el cura que se hizo pasar por traficante de órganos supo que el riesgo que corrió había valido la pena.
El padre Ignacio recibió una carta en la que el joven, ya adulto, le agradecía por rescatarlo y le decía que había sido para él la “persona más importante”. A propósito de esto, el cura recalcó que “si salvas a un niño, salvas a la humanidad”, una enseñanza de la religión judía que aplica en Hogar Nazaret, un centro de acogida que fundó.
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De esta historia han pasado años y los detalles están consignados en su autobiografía titulada El Fuego de María, que recoge sus pasos por distintas partes del mundo ayudando a niños víctimas de trata de personas y que viven en la extrema pobreza, una bella labor que desempeña hace 25 años.
La historia de este cura que se hizo pasar por traficante de órganos sale a la luz en 2021 a propósito de su nominación al Premio Princesa de Asturias de la Concordia por todo lo que hace en su fundación Hogar Nazareth.
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El 30 de junio se conocerá si obtiene el galardón. Sin embargo, él ya tiene el máximo premio: “Cuando trabajas con los más pobres de los pobres no esperas nada, pero ellos son mi mayor recompensa”.