La historia del toro Romeo comenzó en una granja lechera, donde pasó sus primeros diez días de vida. Su destino cambió cuando Misty y Robert Moore lo acogieron en su santuario Welcome Home Animal, ubicado en Oregon, Estados Unidos.
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Según expresó Misty a la organización Guinness World Records, los terneros machos son considerados subproductos en la industria láctea, por lo que los días del novillo estaban contados, ya que generalmente son enviados al matadero o a cebaderos para engorde y posterior venta como carne.
Además, agregó que, “desde el principio, Romeo demostró ser un sobreviviente que anhelaba la vida plena”. Luego de ser rescatado, los dueños del santuario lo llamaron “Romeo” en honor al personaje de Shakespeare por su profunda necesidad de cariño y afecto.
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Actualmente, el toro ya tiene 6 años y enfrenta varios desafíos porque los veterinarios no pueden brindarle la atención adecuada, debido a que no están equipados para atender un novillo de tal magnitud. Además, los costos asociados a su cuidado y calidad de vida son elevados.
Su altura también conlleva riesgos de salud, como problemas musculoesqueléticos y digestivos. A pesar de esto, el animal lleva una vida feliz y saludable.
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En el santuario, Romeo es descrito como el más “tierno”, debido a que corre hacía cualquier persona que le ofrece un abrazo o una caricia. Además es conocido por su carácter juguetón y por ser el que más come entre sus compañeros humanos y animales.