Guiseppe Fichera, el propietario de un restaurante de Frankfurt, colocó en su local a 100 pandas de peluche, que están sentados en las mesas o apoyados en la barra y algunos, incluso, tienen botellas de cerveza.
"Queríamos devolverle un poco de vida al lugar", dijo sobre su ‘pandamia’.
"Es una protesta silenciosa. Una oferta para nuestros huéspedes", agregó.
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Mantendrá las luces encendidas todo el día y la noche para que los transeúntes puedan disfrutar de la exhibición.
Y es que las autoridades alemanas extendieron hasta el 20 de diciembre el cierre de bares, restaurantes y lugares de entretenimiento, medida impuesta desde el 2 de noviembre para evitar la propagación del coronavirus .
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Además de protestar, el dueño del establecimiento puso a disposición de los interesados los ositos por un valor de 150 euros, algo así como 650 mil pesos colombianos, para apoyar económicamente a este sector en crisis.