La dueña de un local de cosméticos y ropa infantil fue víctima de un ladrón de peluches que aprovechaba su baja estatura para salir desapercibido. Al observar las cámaras de seguridad descubrió que quien se estaba llevando la mercancía era un tierno perrito que ella creía confiable.
El 26 de marzo, el perro, reconocido como Thor, asestó su primer golpe. Una persona que caminaba hacia la tienda y que era amiga de la dueña del local le dijo que había un peluche tirado en la calle y ella le dijo que pertenecía a su tienda, pero que no sabía cómo había llegado allí.
Para saber qué ocurría decidió mirar las cámaras de seguridad y ahí estaba el peludo ladrón.
Ya sabiendo qué hacía el animal decidió ponerle atención una vez que volvió, cuatro días después. Con su mirada inocente parecía una visita más, pero nuevamente echó mano de un peluche y salió corriendo, aunque la mujer ya estaba preparada y volvió a frustrar el robo.
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El ladrón de peluches no se salió con la suya, pero sí quedó impune, pues no se sabe quién es el dueño y sigue campante frecuentando los negocios de la zona.
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