Si de amigos se trata, qué tal uno nuevo en el océano: un pez globo. Se lo encontró Jules Casey en una de sus inmersiones en aguas australianas.
Fueron tan solo unos segundos los que compartieron burbujas y empatía, tiempo suficiente para crear una postal para el recuerdo.
Como diría Aristóteles: “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos”.