El poder de la naturaleza reencarnado en el viento durante una ceremonia pasada por agua puso en aprietos al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson .
Ni su vecino de puesto, el príncipe Carlos, pudo disimular la gracia que le produjo la lucha librada por Boris Johnson con un paraguas al que jamás pudo dominar. Nadie fue ajeno a este jocoso momento.
Al final, requirió el apoyo de un miembro de la infantería británica para terminar de una vez por todas con esta batalla.
Publicidad