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Autoridades "capturaron" a Chucky: el muñeco fue esposado y terminó en una celda

El insólito momento quedó registrado en video. El muñeco de Chucky fue "detenido" por culpa de su dueño, quien lo utilizó para aterrorizar a las personas en la calle.

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Un insólito momento se presentó en México luego que la Policía de este país "detuviera" al mismísimo Chucky y lo reseñará en una estación de la ciudad de Monclova, en el estado de Coahuila.

El también conocido como muñeco diabólico, por la saga cinematográfica que lleva su nombre, era propiedad de un hombre que, llevándolo en el brazo, aterrorizaba a la gente y les exigía dinero en la calle. Los agentes que atendieron el caso no desaprovecharon la oportunidad de posar con Chucky, quien, junto a su dueño, terminó en una celda.

Lo Más Trinado también destaca la historia de un vecino que logró ganarse el corazón de un golden retriever llamado Coby, que vive al frente de su edificio.

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Y es que, a punta de señas, mensajes amorosos y un truco infalible, el vecino consiguió que Coby bata más la cola por él que por su propia dueña, Alyssa. El método, sencillo, tender unas cuerdas para enviarle, cada vez que puede, juguetes al consentido de la casa.

Los videos compartidos por Alyssa en TikTok, superan el millón de reproducciones. Un buen vecino, no; el mejor de todos, sin duda.

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La siguiente historia que se detalla a continuación es un ejemplo de que para hacer el bien solo se necesita voluntad para la acción. Una excursionista salvó de una muerte terrible a un animal que encontró en una de sus travesías.

Cuando creía que poco o nada la podría sorprender, la vida le puso ante sí un dilema: salvar o dejar a su suerte a un carnero.

Se trata de Lynne Troughton, la montañista de 31 años que se encontró con el animal enterrado hasta las barbas en un barro asfixiante. Con todas sus fuerzas, la excursionista logró liberar al carnero de su pesadilla, pero el pobre estaba tan exhausto y pegajoso que no podía dar ni un brinco.

Lynne sabía que no lo podía soltar de los cachos, ante el riesgo de ser lastimada, lo que hacía más difícil ayudarlo. Y ahí estaba esta heroína, limpiando todo el lodazal en un ritual que tardó varios minutos. Con los pocos alientos que también le quedaban a ella, arrastró a tierra firme a su compañero y logró ponerlo sano y salvo.

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