Esta moneda, que combina el valor material con un toque espiritual, se ha convertido en un símbolo de fe para los fieles. Además de ser un objeto de coleccionista, muchos creyentes la consideran un amuleto que les proporciona protección y bendiciones.
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La moneda con agua bendita de Lourdes es una pieza única en el mundo de la numismática y la devoción religiosa. Acuñada para conmemorar un evento significativo en la historia católica, esta moneda ha capturado la atención tanto de coleccionistas como de fieles.
¿Qué es la moneda con agua bendita de Lourdes?
La moneda con agua bendita de Lourdes es una pieza conmemorativa emitida en 2008, en honor al 150 aniversario de las primeras apariciones de la Virgen María en Lourdes, Francia. Esta pieza destaca por incluir una pequeña cápsula de agua bendita proveniente de la gruta de Lourdes, un lugar de gran importancia para los católicos debido a sus asociados milagros y apariciones.
Abrimos #UndatoparaMerrirous @Merrirrous2001 con un agradecimiento para @Lady_Ailec por su gran labor
— Blogdehistoria (@Blogdhistoria) January 19, 2021
Hoy traemos: "La moneda bendita"
Una moneda, acuñada en las Islas Palaos, dedicada al santuario de Lourdes, en cuyo interior guarda agua bendita del lugar pic.twitter.com/44VlAiYAlj
Características principales
- Contenido: además del material metálico de la moneda, esta incluye una diminuta ampolla que contiene agua bendita de Lourdes.
- Diseño: generalmente, la moneda presenta representaciones de la Virgen María, la gruta de Lourdes y otros elementos de relevancia religiosa.
- Valor: aunque su valor numismático puede variar según el estado de conservación, la demanda y el año de emisión, actualmente la pieza se puede encontrar en Power Coin por un valor de 69.95 euros, unos $315.035 pesos colombianos.
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La moneda con agua bendita de Lourdes se distingue por su conexión con lo sagrado. La inclusión de agua bendita en la moneda no solo le confiere un valor material, sino que también representa un símbolo de devoción y fe para muchos católicos. Su carácter único y la conmemoración de un evento religioso trascendental contribuyen a su atractivo tanto para coleccionistas como para creyentes.