Alex y Kirsty eran una pareja feliz que planeaba casarse en Disney, pero sus planes se vieron truncados por un diagnóstico: a Kirsty le descubrieron un cáncer que se esparció rápidamente por su cuerpo.
Alex no estaba dispuesto a perderla y, en medio de la lucha que libraba el amor de su vida, le propuso matrimonio y se casaron en un hospital del Reino Unido, acompañados de su hijo Thomas, de tan solo dos añitos.
Tres días después, la muerte tocó a su puerta, Kirsty partió con su deseo cumplido.