Una tragedia puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. De hecho, por poco le ocurre a una mujer de 49 años que comía un bocadillo en un área comercial.
Repentinamente empezó a sentirse atorada y la situación empezó a tornarse grave cuando no pudo respirar.
Cuando la tos se hizo incontrolable se detuvo junto a cuatro miembros de la Guardia Civil de España que departían un café. No pudo hablar mucho, pero los uniformados se dieron cuenta de que algo no andaba bien.
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Inmediatamente empezaron a aplicarle la maniobra de Hemlich: consiste en tomar al sujeto por detrás y hacer apretones secos en el abdomen hasta que expulse el objeto que obstruye la garganta.
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Se necesitó la intervención de cada uno de los agentes para que la mujer lograra volver a respirar con calma. Los servicios de emergencia la atendieron, pero más allá del dolor por los movimientos bruscos no había otro peligro.
Finalmente, todos pudieron seguir su camino gracias a la oportuna reacción de los miembros de la Guardia Civil y la situación no pasó de un susto.