“Es más humano que cualquiera”, dice Anatoly, de 70 años, al referirse a su pastor alemán que no lo desampara ni de noche ni de día.
Es una amistad incondicional la de este hombre con su perro. Un vínculo que se hace cada vez más fuerte, gracias a la lealtad de la mascota y a la sabiduría del anciano.
Solo hay que verlos rodar por las calles de la ciudad de Taraz, en Kazajistán, para darse cuenta de que Antoly Derbenev y Magnus conforman el mejor equipo.
Sus paseos matutinos se han hecho virales en las redes sociales, donde usuarios comparten videos de estos compañeros de vida que saben de dificultades y obstáculos, pero no de rendiciones ni abandonos.
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