El ojo de un águila difícilmente falla y su presa, esta vez, fue Coco, un perrito yorkie de ocho meses que no vio venir el peligro. El único testigo de este encuentro fue una cámara de seguridad.
El águila calva aprovechó la vulnerabilidad de su víctima y se la llevó en el acto. Pero los milagros existen y el cachorro de yorkie logró liberarse del ave de presa y refugiarse en casa.
¿Cómo lo hizo? No se sabe. Lo cierto es que su dueño, el canadiense Justin Dudoward, compartiría luego un video en redes sociales dando un parte agridulce. Coco se salvó del ataque, pero no sin consecuencias: el águila, con sus garras, le dejó una herida en el vientre de la que aún se recupera.