El impacto ambiental ocasionado por la explotación de la industria petrolera a la Ciénaga de Palagua , en Boyacá, no es un tema nuevo y desde hace décadas se ha denunciado esta situación ante los distintos entes de control, autoridades ambientales y gubernamentales de Colombia.
El tema de los IANR, impactos ambientales no resueltos o pasivos ambientales como se conocen técnicamente, toma relevancia por estos días pues el próximo 4 de noviembre la empresa multinacional Mansarovar Energy entregará a Ecopetrol varios campos de la Asociación Nare que venía explotando desde hace más de 15 años.
Dos temas preocupan a la Alcaldía de Puerto Boyacá y la comunidad en general, pescadores de la ciénaga y trabajadores del municipio: el tema ambiental y laboral.
El tema de los impactos ambientales es complejo y está documentado desde hace varios años.
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Para entender el problema hay que remontarse a los años 50 cuando la Texas Petroleum Company llegó a la región a iniciar la explotación de estos yacimientos de hidrocarburo. La llegada de la multinacional trajo el desarrollo a la zona Puerto Boyacá, cuenta Wilson Valencia, hijo de uno de los colonos que ya estaban allí antes de que se iniciara las explotaciones.
Durante más de 30 años, la Texas explotó estos campos en dos puntos principalmente, Campo Palagua y Campo Velásquez, este último entregado a perpetuidad por los gobiernos de la época, es decir nunca ha pagado regalías al Estado, según cuenta Hernando Muñetón, exalcalde de Puerto Boyacá y actual representante de una de las Asociaciones de Pescadores de la Ciénaga. Muñetón sostiene que los primeros impactos ambientales por derrame de crudo los produjo la empresa estadounidense.
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Cuando la Texas entregó los campos heredó sus pasivos ambientales a los nuevos inquilinos, primero fue Onimex y luego Mansarovar Energy, actual concesionario y quien entregará próximamente los campos. Para Muñetón lo que ha ocurrido aquí es una sucesión del problema, viejas herencias con promesas de remediación que ninguno ha cumplido a cabalidad pues la afectación a la ciénaga es cada vez más grave. "Texas vendió a Onimex y heredó los pasivos ambientales y esta a Mansarovar Energy, que también compró los problemas de tiempo atrás", dice Muñeton.
"Mansarovar lleva ya 15 años como inquilino y bueno algún día venderá y no ha recuperado estos campos a pesar de unos fallos o de acciones populares impetradas por la Alcaldía e impetrada otra por los pescadores", agrega.
Se refiere a la resolución 782 de 1993 con la que el Estado colombiano obligó a la empresa Texas, hoy Mansarovar a restaurar la ciénaga, el tejido social de los pescadores y limpiar los pasivos ambientales. Por eso la preocupación de la Alcaldía de Puerto Boyacá que contrató la asesoría de la Corporación San Silvestre Green, que ha realizado una cuidadosa investigación sobre el tema, afirma Leonardo Granados, director de la corporación.
La Alcaldía de Puerto Boyacá y Asopezpalagua demandaron a la Texas, hoy Mansarovar Energy para que un juez de la República ordenara mediante dos sentencias que debían dar cumplimiento a la resolución 782 de 1993, absurdo que desde casi 29 años no hayan dado cumplimiento integral a esa resolución.
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Las acusaciones no paran ahí, Granados tiene una larga lista de irregularidades que para ellos, son claras violaciones a la normatividad ambiental por eso pide sanciones por el daño causado. "Nosotros estamos diciendo, la sanción debe venir por el orden de los 5 mil millones de pesos solo hablando de estos pasivos ambientales en este lugar cuando hablemos de Moriche es más grave, el ANLA los sancionó con 17 millones en el 2009, de 27 millones, la más grave fue de 700 millones por contaminar la Ciénaga de Palagua", afirma Granados,.
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El alcalde de Puerto Boyacá, Jicly Mutis, también denuncia que hubo ocultamiento de pruebas por parte de la empresa. Según el mandatario, uno de sus funcionarios comprobó que se estaba reportando a las autoridades ambientales un área inferior a la que se había contaminado por eso también tomarán acciones legales.
Es justo decir que Noticias Caracol han registrado desde el 2015 el problema y al tiempo que ha realizado las denuncias también ha visto acciones de las empresas para intentar remediar los impactos ambientales.
Por ejemplo, hace dos años extrajeron del fondo de la ciénaga la tubería que había instalado la Texas, se han visto varias jornadas de siembra de alevinos y de limpieza de la taruya o plantas que invaden el espejo de agua y que fueron introducidas por las multinacionales, pero pese a estos esfuerzos los problemas continúan y cada vez más graves, dice el director de San Silvestre Green: "Solo en Campo Velásquez se han registrado más de 20 puntos de impactos ambientales, el año pasado tuvieron 26 contingencias ambientales y este año a esta fecha llevan 29, eso es una falla estructural al plan de contingencia, es una empresa que viene violando la ley".
La situación de los pescadores
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La Ciénaga de Palagua ha sido considerada por años como uno de los centros pesqueros más importantes del Magdalena Medio, por eso los pescadores son el gremio más afectado por los daños ambientales que las petroleras han causado a este cuerpo de agua. En las épocas más productivas la ciénaga llegó a producir hasta cinco toneladas diarias de bocachico sostiene Rafal Pérez, miembro de Asopezpalagua, una de las asociaciones más importantes de la zona y que también tiene una demanda contra Mansarovar por los daños ocasionados al ecosistema que ha reducido la producción hasta un 90%, según la Corporación San Silvestre Green.
Pérez dice que durante años ha visto las supuestas remediaciones de las compañías, pero considera que son solo pañitos de agua tibia frente al daño ocasionado: "Ellos mismos midieron 240 hectáreas contaminadas aquí en el Campo Velásquez y donde están, hacen trabajitos de 500 metros cuadrados y sacan y dicen que sacaron ahora están haciendo por allí unos huecos, pero a la larga nosotros no vemos que las cosas mejoren y, por el contrario, lo que vemos es que el pescadito desapareció".
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La situación es tan grave en Muelle Velásquez que hay un sitio que los pescadores conocen como 'el aceitero', nombre paradójico si se tiene en cuenta que es una importante zona de importancia ecológica y de pesca. Allí Óscar José Suárez lanzó su atarraya desde su lancha que luce manchada por el aceite en el agua, habla de bonanzas pasadas, de abundancias que volvieron a ver. "Se fue agotando, agotando hasta que se acabó, aquí no se coge ni una libra de pescado donde se llegó a coger cinco toneladas de pescado diarias y calidad ahora lo que coge es así", lamenta.
Incertidumbre laboral
Otro aspecto que preocupa a los habitantes de Puerto Boyacá es la afectación que se pueda presentar por lo que ellos consideran despidos masivos de los trabajadores que hasta ahora laboran con Mansarovar Energy. Según Gilberto Herrera, fiscal de la Subdirectiva del Magdalena Medio ADECO, no solo preocupan los más de 600 trabajadores directos sino los indirectos que viven de los contratos de servicio con la multinacional: "El estallido social tiene que aparecer ¿por qué?, porque son 120 familias y a esto tenemos que sumarles las personas que llaman tercerizados o contratistas, que sería una masacre laboral impresionante porque tenemos más de 900 contratistas y porque Ecopetrol quiere suprimir más del 40% de la contratación del personal que actualmente mueve los campos petroleros de la Asociación Nare".
¿Qué dice Ecopetrol?
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Para la empresa estatal dueña de los campos petroleros la situación es clara. Luis Guillermo Alzate, Gerente de Nare, Teca y Catatumbo, asegura que Mansarovar Energy es la única responsable de entregar saneados esos pasivos ambientales, inclusive después de que haya entregado los campos de producción: "Es de nuestro interés recibir la operación de los campos sin ningún tipo de impactos ambientales no resueltos, es de absoluta responsabilidad de Mansarovar, trabajar y cerrar todo lo que tenga pendiente de impactos ambientales, independiente que sea hasta al 4 de noviembre cuando hasta ese momento serán operadores o más allá".
Respecto al tema laboral Alzate asegura que aquí no opera la figura de sustitución patronal que el sindicato reclama y que los trabajadores de Puerto Boyacá serán tenidos en cuenta en las nuevas contrataciones que hagan el futuro. "Que se vaya Mansarovar y que lleguemos nosotros, el empleo por si no desaparece el empleo, siempre se trabaja con ese primer anillo y cuál ese primer anillo como primera opción, las personas de la localidad además el talento está acá, estos son unos yacimientos que requieren una tecnología especial y serán ellos los que tenga la primera oportunidad de empleo".
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Sin embargo, los trabajadores y el alcalde Jicly, denuncian que en efecto si los están llamando, pero a la hora de contratarlos los perfiles son muy altos y resultan siendo favorecida otra gente de la región, por eso el alcalde hace un llamado a la empresa porque también teme un estallido social en su municipio.
La gente de Puerto Boyacá ha vivido años convulsionados por una historia violenta marcada por los grupos armados y la gente quiere pasar la página, salir adelante, defender sus recursos naturales, la hermosa fauna de la Ciénaga de Palagua y el derecho a trabajar dignamente.