La sustitución de cultivos ilícitos podría estar viviendo su mejor momento en Colombia, pero no por el éxito de las distintas estrategias oficiales, sino por la fuerza de los mercados ilegales que dejó atrás el valor de la cocaína colombiana. En regiones como el Catatumbo, en Norte de Santander, los cultivadores de coca, en medio de una aguda crisis económica, están migrando a cultivos legales, porque aseguran que la siembra de la hoja de coca dejó de ser negocio.
Pero esta transición no es nada fácil, pues antiguamente la base de coca era casi que una moneda de trueque para adquirir víveres y alimentos. Ahora, incluso, han aumentado las denuncias de robos en los cultivos debido a esta difícil situación.
Esta semana el gobierno de Gustavo Petro anunciará un plan de choque para la región. El pacto territorial por El Catatumbo marcará la hoja de ruta de la intervención del Estado en este sector golpeado por la violencia.
La paradoja es que la fuerza de los mercados ilegales en Estados Unidos, como el del fentanilo, que está resurgiendo, fue la que marchitó el negocio de la coca y podría consolidar la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
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