La hacienda Humapo está ubicada en las portentosas sabanas de Puerto López, en el Meta, en la vía que comunica con Puerto Gaitán. Un predio de 855 hectáreas con vocación ganadera y agrícola situado en un terreno privilegiado: por el norte colinda con el majestuoso río Meta y por el sur con la vía nacional que va hacia el Vichada. Según información catastral, en el lugar hay cuatro edificaciones de 1.280 metros cuadrados desde donde se administran los negocios de la hacienda.
La finca es muy bonita, tiene caño por lado y lado y tiene el río Meta, pega contra el río Meta, y tiene bastante pasto para el ganado y sabana también y una parte de mangales, de los sitios ancestrales que fueron de nuestros abuelos
Lo dice Ramón Martínez Arrepiche, del resguardo indígena Turpial Humapo, ubicado muy cerca de la hacienda, donde conviven unas dos mil personas. Según él, sus ancestros llegaron a estas tierras hace 150 años y él mismo ha sido testigo de cómo estos predios se han ido transformado. A sus 70 años cuenta que ha conocido a todos los propietarios de la hacienda ganadera, salvo a los que la administran hoy: “Los que están ahorita en este momento no sé quiénes serán los dueños, no sé claramente, pero sí sé que Humapo existe con el mismo nombre desde hace muchos años”.
Pero, ¿por qué es noticia nacional un predio ganadero, como tantos otros, ubicado en el corazón de la altillanura colombiana? La respuesta está en una investigación administrativa que viene realizando la Alcaldía de Bogotá contra la dueña de estas tierras: Fundeusa, una fundación sin ánimo de lucro creada en el seno de la universidad Sergio Arboleda que, según una denuncia, habría sido utilizada por el rector Rodrigo Noguera como vehículo para explotar esos terrenos bajo un paraguas tributario más benévolo.
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“Lo que se quiso fue usar el ropaje jurídico de una entidad sin ánimo de lucro como es Fundeusa para beneficiarse de su régimen tributario especial o favorable, pero para efectos de la explotación comercial y del aprovechamiento económico de la hacienda”, señala el abogado Leonardo Espinosa, directivo de la Sergio Arboleda y exrepresentante legal de Fundeusa.
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Desde hace meses, Espinosa ha venido denunciando las posibles irregularidades en este caso que salpican a quien fuera su mentor en el pasado: el rector Noguera. En su momento, cuando empezaron estas pesquisas administrativas, el periodista Daniel Coronell contó parte de estas denuncias. Hoy cuando el proceso está ad portas de ser fallado, Noticias Caracol conoció todas las intimidades del caso.
“El principal administrador de hecho de Fundeusa lo ha sido y lo es el doctor Rodrigo Noguera Calderón como rector de la universidad Sergio Arboleda. Digámoslo de otra forma: en Fundeusa se hace lo que el rector ordena”, cuenta.
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La historia de este pleito arranca en 2004, cuando Juridicasa S.A., una sociedad comercial controlada por Noguera, adquirió por $300 millones la hacienda Humapo. Una década después el predio ya valía $2.665 millones. Es decir, multiplicó su valor por nueve veces.
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En 2014 Juridicasa le donó ese predio a Fundeusa, cuya junta directiva presidían Noguera y su hijastro el exministro Ernesto Lucena, y en 2016 ésta firmo un contrato de usufructo o explotación de la hacienda con otra empresa controlada por Noguera, RZ Guadalupe SAS. Es decir, el predio paso de un bolsillo a otro de los negocios del rector Noguera. Hoy el valor comercial de la hacienda ronda los $15 mil millones.
“El usufructo como derecho real significa que Fundeusa está permitiendo que un tercero sin ninguna contraprestación económica explote el inmueble de su propiedad, explote la hacienda. La hacienda es de Fundeusa. Entonces uno diría: ¿Y para qué le ha servido ser del Fundeusa? Para nada. Sin duda se hace patente o evidente que realmente no hubo un propósito altruista de hacer una donación sino de hacer en lo posible las ventajas de las que la ley permite propias de una entidad sin ánimo de lucro”, recalca Espinosa en su denuncia.
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Su tesis es que esa donación fue, en realidad, una simulación para obtener beneficios tributarios. Con una particularidad: cuando se revisa el entramado de las sociedades involucradas en esta donación, es decir, Juridicasa S.A., Fundeusa y RZ Guadalupe SAS, aparecen coincidencias inquietantes.
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Por ejemplo, en todas ellas aparece Rodrigo Noguera en los cuadros directivos, tienen la misma dirección de la universidad Sergio Arboleda y comparten la misma revisora fiscal, Mari Bell Núñez, quien además es funcionaria del alma máter. Un escenario de negocios cruzados con protagonistas comunes que indaga la Alcaldía de Bogotá.
“En esta fundación, Fundeusa, opera no solo notoriamente el conflicto de intereses entre el doctor Rodrigo Noguera Calderón, que aparece como gerente liquidador de Juridicasa S.A. y como representante legal, propietario y gerente de RZ Guadalupe SAS, actual sociedad comercial que explota comercialmente la hacienda de más de 800 hectáreas que es de propiedad de Fundeusa”, agrega Espinosa.
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En abril pasado el Distrito les formuló cargos a Fundeusa y a sus directivos al constatar presuntas irregularidades en la explotación de la hacienda Humapo. Para empezar, la administración de este predio no habría cumplido con el objeto social de Fundeusa para apoyar a la universidad Sergio Arboleda en sus actividades educativas. Además, hallaron presuntas inconsistencias en la contabilidad y en la gestión de un préstamo por casi $2.300 millones a favor de Rodrigo Noguera. Para decirlo en términos sencillos: la fundación controlada por Noguera le desembolsó un millonario crédito al propio Noguera.
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El pliego de cargos es así de duro: “Rodrigo Francisco Manuel Noguera Calderón, además de ser el miembro principal del consejo directivo (de Fundeusa), al parecer participa en actos y negocios jurídicos en los cuales, por tener intereses particulares, podría generar detrimentos a la entidad sin ánimo de lucro”.
La Alcaldía fue más allá y acusó a los directivos de Fundeusa, es decir a Noguera y a Lucena, de ocultar los números reales de la entidad sin ánimo de lucro.
Se evidenció que, al parecer, la investigada (Fundeusa) estaría, presuntamente, omitiendo remitir el reporte de información jurídica, contable y financiera que permita dar a conocer el estado real de la misma
Noticias Caracol buscó al rector Noguera para conocer su versión sobre este caso, pero se delegó como vocero a Luis Miguel Gómez, asesor jurídico de la Sergio Arboleda y Fundeusa.
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En relación con una presunta evasión de impuestos señaló tajante: “¿Dónde está el detrimento patrimonial, dónde está la evasión de impuestos? No aparece en ninguna parte, no hay manera de descubrirla porque no existe”.
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Según él, la donación de la hacienda se hizo sin segundas intenciones por parte del rector Noguera y con el único objetivo de incrementar el patrimonio de la fundación. No obstante, añadió, luego tuvieron que hacer un contrato de explotación del predio porque Fundeusa no tenía los recursos para administrarlo.
“La sociedad propietaria del predio se desprende de ese predio en un acto de generosidad; es una donación, es un acto unilateral, gratuito, de mero altruismo, y se lo cede a la fundación para que ésta desarrolle los programas”, dice el abogado Gómez.
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“¿Cuáles han sido los beneficios que ha tenido Fundeusa gracias a esa donación?”, le pregunto a Gómez. “El primer beneficio y el más importante es el fortalecimiento patrimonial, hoy es una entidad que tiene un patrimonio importante. El patrimonio hoy en día está rondando los $5.000 millones, imagínese usted. En el año 2013 tenía $10 millones. Pero, además, el gran beneficio es que si bien eso es en registro en libros contables, pues hoy una estimación a valor comercial de lo que puede costar ese patrimonio (el predio) podría estar por el orden de los $15 mil millones”, contesta.
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El abogado Gómez, además, se fue con todo contra el denunciante Leonardo Espinosa, de quien sugirió que tenía problemas mentales. “Y llama la atención, a mí por lo menos me genera un estupor, una sorpresa, que una persona de esas condiciones académicas esté haciendo esas denuncias cuando todo lo que está denunciando como si fueran irregularidades fueron cometidas bajo su dirección, bajo la representación legal que él ejercía dentro de Fundeusa. No tengo explicaciones para eso, asumo que puede tener algunos problemas mentales, pero no quiero hacer acusaciones de ninguna naturaleza”.
Por último, aseguró que la explotación comercial de la hacienda busca que en el futuro se puedan desarrollar los programas de Fundeusa y la Sergio Arboleda.
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“¿Pero la universidad ha desarrollado actividades académicas y educativas en ese predio?”, le insisto. “No me consta, no sabría decirle”. “¿A través de Fundeusa se han hecho cosas con ese predio que tengan que ver con asuntos educativos de la Sergio Arboleda?”, le pregunto. “No sabría decirle, esa parte sí no la conozco, no tengo ni idea, pero sí está programado eso, sí me consta que hay intención de desarrollar ese tipo de programas ahí”, responde finalmente.
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Noticias Caracol consultó a expertos tributaristas, quienes señalaron varias preocupaciones sobre este negocio. Por un lado, no dejaron pasar la coincidencia de que la donación se diera meses antes de que entrara a regir el impuesto al patrimonio en 2015.
También recalcaron que aunque las fundaciones sí pueden hacer préstamos, resulta peculiar, cuando menos, que el beneficiario de estos sea uno de sus directivos: en este caso Rodrigo Noguera. Además. agregaron, es muy posible que ese pasivo de Noguera hubiera sido usado para bajar su carga tributaria. Según documentos en poder de este noticiero, Noguera está haciendo un acuerdo de pagos con Fundeusa para cancelar ese crédito.
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Todas estas pruebas recogidas por la Oficina de Inspección y Vigilancia de la Alcaldía fueron trasladadas a la DIAN y a la Superintendencia de Sociedades para su competencia.
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Entre tanto, el rector Noguera sigue afirmando que lo único que hubo aquí fue un gesto de puro altruismo.