Durante décadas los máximos jefes de las FARC han negado la aterradora política de reclutamiento de menores. Aún después de la desmovilización muchos de los antiguos comandantes siguen sin reconocer esa práctica de llevar niños a la guerra. Sin embargo, la dimensión de la tragedia del reclutamiento quedó documentada por las propias FARC.
Noticias Caracol tuvo acceso en exclusiva a documentos internos de esa guerrilla, totalmente inéditos hasta ahora, que no dejan duda sobre su responsabilidad en esa macabra estrategia de guerra.
Por primera vez se conocen públicamente los formatos que muchos de los frentes de la extinta Farc utilizaban, como una especie de hojas de vida, en donde con lujo de detalles registraban cada aspecto de la vida de los menores que arrancaron de sus familias para usarlos de carne de cañón.
Las hojas de vida están en computadores que llevan años perdidos en almacenes de evidencias de la Fiscalía. En algunos de ellos, como los decomisados a jefes del frente 58 de las FARC están las fotos y todos los datos de 35 menores de 15 años obligados a ir a la guerra.
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“En la incautación que hizo la fuerza pública al 'Mono Jojoy', encontraron hojas de vida guerrilleras. Esas hojas de vida efectivamente documentaban el ingreso de las personas a las filas guerrilleras, el lugar donde habían nacido, cuáles eran en general las condiciones de las personas y a dónde iban a ser destinados o cuál era su trayectoria. A partir de esas hojas de vida efectivamente se puede observar que hay personas incorporadas con menos de quince años”, afirma Iván González, ex magistrado de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.
Estas hojas de vida, elaboradas por las propias FARC, demuestran no sólo que el reclutamiento de menores era muy alto, sino que los niños fueron sometidos a tratos crueles. Un crimen de lesa humanidad que no es nuevo en Colombia, pero los jefes de esa guerrilla minimizan con cinismo.
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En otros computadores, incautados en operaciones de la fuerza pública, los propios jefes de los frentes 23, 35, 39, 43, 52, 68, 71 y de la compañía móvil Miller Chacón, consignaron los castigos a los que sometían a los menores. La peor parte la llevaban las niñas, muchas de las cuales, con edades de 12 o 13 años eran obligadas a ser compañeras sexuales de comandantes 20 o 30 años mayores. “Tuve casos así, de guerrilleros que ingresaron gente menor de edad, incluso, con la intención de vivir con ellas”, reconoció Martín Cruz, ex jefe del frente Aurelio Rodríguez de las Farc durante una audiencia ante la JEP.
Sin ningún recato los comandantes guerrilleros anotaban los vejámenes y trabajos forzados a los que eran sometidos los menores. Por perder una gorra, una niña de 15 años fue obligada a traer de la montaña 150 viajes de leña. Otra, de 13 años, tuvo que hacer 60 viajes de leña por botar un machete. Y por robarse una libra de azúcar una menor de 14 fue obligada a cargar 10 viajes de leña.
En los documentos internos de la guerrilla se puede ver como uno de los antiguos jefes de las FARC, 'Iván Márquez' , hoy en la clandestinidad y comandante de una de las disidencias de esa guerrilla, castigó a una niña de 13 años por montar bicicleta sin permiso y bañarse en una piscina. Le tocó cavar 26 metros de trinchera. Márquez también le impuso a una niña de 15 años, 30 viajes de leña por tener relaciones sexuales durante la guardia. En las FARC, los menores eran castigados por escuchar música, por perder una cuchara y hasta por poner un apodo, una falta llamada "chismografía".
También eran sometidos, como todos los guerrilleros adultos, al escarnio público en consejos de guerra. Todo lo que para un adolescente es normal en las filas guerrilleras era un delito que se castigaba hasta con la muerte
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“Mujeres y hombres tenían el mismo trato, menores de 18 y mayores tenían el mismo trato. tenían los mismos deberes, las mismas obligaciones y estaban expuestos a las mismas sanciones”, dijo el exmagistrado González.
En los infames registros aparecen datos sobre los niños que fueron fusilados por lo que para las FARC era un crimen, llamado en sus estatutos "desmoralización".
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Todas las bases de datos contienen información sobre las familias de los menores, sus lugares de residencia y actividades, con lo cual los torturaban recordándoles que, en caso de que desertaran, los suyos serían perseguidos implacablemente. Incluso, quedan documentados algunos casos de suicidio de menores que no soportaron los vejámenes a los que eran sometidos.
Como si todo lo anterior fuera poco en los computadores incautados a los frentes de las Farc que actuaban en los Llanos y la Orinoquía, aparecieron documentos bautizados por ellos como “guía para el trabajo de los clubes infantiles bolivarianos”. Se trata de una especie de cartilla usada para adoctrinar a niños entre 5 y 12 años que reunieron en supuestas escuelas, bautizadas como club pioneros y cachorros del Yarí. Una guerrillera capturada en Puerto Gaitán, Meta, contó que los niños que iban a ese lugar recibían instrucción militar con fusiles y explosivos, incluso hacían guardias nocturnas, y eran víctimas de crueles castigos como latigazos.
El frente Aurelio Rodríguez, que actuaba en Chocó y el Eje Cafetero, creó en 2007 una cartilla infantil para enseñar a leer. La titularon el Abc Fariano y allí enseñaban, por ejemplo, la letra B con la palabra “bomba”, o la letra F con “fusil”.
A pesar de que los horrores que vivieron más de 18 mil niños quedaron registrados en sus propias bases de datos, hoy los antiguos jefes de las FARC siguen negando esa realidad.