Juan Carlos Rodríguez, alias Zeus, el militar retirado que murió en una operación policial después de haber trabajado con casi todas las organizaciones criminales durante dos décadas, dejó varios de sus secretos mejor guardados anotados en una libreta. La Unidad Investigativa de Noticias Caracol conoció su contenido y lo revela en exclusiva.
(Lea también: Esto revela la libreta pérdida de Zeus: plan de expansión del Clan del Golfo y rearme paramilitar)
La agenda de Zeus contiene los secretos de alianzas entre poderosos narcotraficantes, paramilitares e integrantes de la fuerza pública para expandir la organización criminal por todo el país. ¿De dónde salió el dinero?
En la década de 1980, las autodefensas del Magdalena Medio, aliadas con los narcos más poderosos de la época e integrantes de la fuerza pública, lograron extender por todo el país el terror paramilitar. Así lo ratificó el exmilitar ante la JEP:
Se hicieron operaciones con ellos, ya empiezo yo a entrenarlos a ellos, empezamos ya a apoyar la expansión, tanto de las tropas de Ramón Isaza como MacGyver y Terror, como las tropas de botalón con César y Edwin, alias Cuchillo, en Cimitarra, Landázuri, Bolívar y El Peñón
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Lo que Zeus no dijo, es que más de dos décadas después él era el protagonista de un rearme de idénticas características, que incluía a antiguos jefes paramilitares del Magdalena Medio y algunos narcos de vieja data que están por fuera del radar de las autoridades.
De acuerdo con las anotaciones en la libreta, una de las fichas más importantes en el plan de expansión militar de Zeus es Elkin Casarrubia, apodado El Cura o Joaquín. Lleva más de tres décadas en armas, primero, como miembro de la guerrilla del EPL, después se cambió el brazalete y pasó a las autodefensas, organización con la que se desmovilizó cuando era comandante del Bloque Calima; una vez recobró su libertad se rearmó con el Clan del Golfo y, según la libreta de Zeus, hoy tiene funciones claves relacionadas con la financiación del grupo.
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En la página 89, titulada como Doctor Joaquín, se enumeran tareas como la de recuperar propiedades que estuvieron en poder de Matamba y de alias Siopas; el primero se fugó de la cárcel La Picota y murió en un enfrentamiento con la Policía. Siopas, por su parte, fue uno de los jefes del Clan del Golfo secuestrado y asesinado por la misma organización en un ajuste de cuentas.
Por los escritos de Zeus se logra establecer que a Joaquín, que se moviliza por la zona del Chocó, le habrían encomendado la toma del Puerto de Buenaventura. Las notas también tienen referencias sobre los planes de apoderarse del Pacífico y controlar la salida de cocaína hacia Panamá, como lo mencionan en varias partes de la agenda.
Entre los apuntes más llamativos está el vínculo directo que Zeus establece entre Joaquín y el que fuera uno de los grupos de narcotraficantes más poderosos del país: el clan de los Cifuentes Villa.
Su mayor representante fue Pacho Cifuentes, el piloto de Pablo Escobar que fue asesinado en una guerra con Don Berna. Tres de sus hermanos, Jorge, Alexander y Dolly Cifuentes Villa, fueron extraditados a Estados Unidos y recientemente recobraron la libertad.
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En la página 49, titulada Hermanos Cifuentes, Zeus escribió los nombres de tres poblaciones en el Chocó, en lo que al parecer sería una zona estratégica para negocios de narcotráfico: Curiche y Punta Ardita, en el municipio de Juradó, ubicados sobre el Pacífico y limítrofes con Panamá. También se refiere a un predio de 145 hectáreas en el caserío de Balboa, en Unguía, Chocó. Precisamente, un desmovilizado de esta estructura declaró recientemente cómo el Clan del Golfo mueve cocaína justo en esta zona del departamento:
Teníamos que llevar 120 kilos de clorhidrato de cocaína. Nos desplazamos 11 sujetos, entre ellos, una mujer para Turbo (Antioquia). De ahí para Tanela (Chocó), donde nos reciben las Autodefensas Gaitanistas. Por medio de radios informan que vamos a pasar por una trocha clandestina que iba destino a Panamá donde nos demoramos 12 días, caminábamos de 5 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Una vez llegamos a un punto donde está alias El Indio, acompañado con 9 sujetos más, entregamos y nos devolvimos por la misma ruta hasta Tanela
En esa hoja de la agenda también sobresalen los nombres de dos reconocidos criminales: Felipe Tuluá, el jefe de la banda La Inmaculada en el norte del Valle que está preso, y alias El Cebollero, quien sería el temido comerciante de Medellín vinculado a organizaciones criminales.
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Zeus también vinculó a Joaquín o El Cura con otro antiguo capo que, según denuncias de las víctimas consultadas por Noticias Caracol, estaría trabajando con este grupo criminal. Se trata de Pedro Ariza, un narco que fue extraditado a Estados Unidos en la década de 1990. Su nombre también aparece como uno de los puntos a tratar en una reunión con tres comandantes de la estructura armada: David o Terror, Galeano y Botalón. Este último fue un reconocido jefe paramilitar que tuvo alianzas con narcotraficantes de marca mayor como Gonzalo Rodríguez Gacha y Diego León Montoya, alias Don Diego. Su verdadero nombre es Arnubio Triana Mahecha. Conoció a Zeus cuando era comandante paramilitar en Puerto Boyacá y realizaron operaciones conjuntas con el Ejército.
“Yo estaba dentro del municipio de Bolívar; posteriormente me asignan el municipio de El Peñón, que son dos municipios bastante amplios, es un terreno bastante grande y empiezo a hacer operaciones: operaciones, nada, no encontraba la guerrilla, por un lado me le metía ahí, se me corría. Entonces yo hablo con Botalón y le digo ‘Botalón, aquí hay mucho terreno y esto está… no hay nadie aquí que me ayude y si me hacen presencia y me les muevo para allá, se me corren para el otro lado’, entonces le dije ‘usted porque no hace un esfuerzo y me manda una gente para acá, para poder cubrir terreno que no puedo cubrir, para ver si podemos cazar al cabecilla del frente (11), al cabecilla, a Norbey el del (26), moisés el del frente (11) y Norbey el del frente (26)’, me dijo ‘listo, déjeme ver qué puedo hacer’”, declaró Zeus ante la JEP.
En su libreta, el exmilitar anotó que Botalón tiene la función de reactivarse en 23 municipios. También escribió su nombre junto al de alias David o Terror para la realización de foros regionales en lo que sería la estrategia para tratar de ganarse un estatus político.
Al menos, en el caso de Botalón, parece que esto funcionó, pues el Gobierno Petro lo nombró gestor de paz junto a 18 jefes paramilitares.
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Iván Madero, el representante de Credhos, señaló que Botalón todavía no ha saldado su deuda con las víctimas: “Sabemos que fue un jefe paramilitar del Magdalena Medio, con un control real de municipios como Cimitarra, Puerto Parra, de Landázuri y otros municipios, como San Vicente y El Carmen, y que hoy estas víctimas, por ejemplo, las del municipio Cimitarra, el de mayor víctimas en el departamento de Norte de Santander, le reclaman la verdad a Botalón. Igualmente, la devolución de tierras, porque curiosamente estos jefes paramilitares quedaron con muchas extensiones y muchas hectáreas de tierra que fueron despojadas a los campesinos a sangre y fuego. Hay preocupación en estos municipios como Puerto Parra, Cimitarra y Landázuri, donde está el resurgimiento del paramilitarismo, así lo dicen las comunidades, con la presencia de este nuevo bloque que dirigía Zeus y que creen que va a haber una reactivación del conflicto armado y que van a ser nuevamente revictimizados como tal”.
¿Por qué Zeus mencionó a Rito Alejo del Río en su agenda?
En las notas de Zeus sobresale el nombre de un oficial retirado ampliamente conocido para la opinión pública: el general Rito Alejo del Río,
condenado a 25 años de prisión por el asesinato de un líder social y quien recobró su libertad hace seis años tras acogerse a la JEP.
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En una de las páginas de la agenda de Zeus, la 82, hace una relación de armamento y en el cuarto punto aparecen las palabras "reunión Rito". En otra hoja, la 44, está escrito "Rito Alejo" y más abajo "estatus político". En esta anotación, Zeus puso además "Rito Alejo-valle-lotes".
Ante la JEP, Zeus contó que conoció a Del Río cuando coincidieron en la Brigada XVII en Urabá. Esa unidad es reconocida por sus alianzas con grupos paramilitares y un largo historial de violaciones de derechos humanos en la década de 1990.
“Cuando yo llegué a Cali y se dieron cuenta de que yo había llegado, me hicieron sacar de esa compañía, me lo percibí, me di cuenta fue después de que al Cartel de Cali no le cayó en gracia que me tuvieran ubicado en esa compañía y salí, de ocho días recibí mi destacamento, compañía (c), la compañía Charry en el batallón estaba en Urabá. Para esa época estaba mi general Rito Alejo del Río, comandante de la brigada XVII; y estaba mi coronel Navas Pardo, comandante del Batallón Voltígeros, y estaba el comandante del batallón de fuerzas especiales, mi mayor Muñoz, y yo llegué a la compañía Charry que estaba destacada en San José de Apartadó. Dos compañías estábamos ahí cuidando a la población civil de unas masacres y unos atentados que había sufrido la población por grupos de autodefensas para esa época”, declaró.
Aunque en la JEP, Zeus jamás mencionó algo que comprometiera al general Del Río e, incluso, trató de poner distancia con él, la realidad es que su libreta demostraría que seguían en contacto.
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Sus apuntes confirman una preocupante realidad que viene siendo alertada por diferentes sectores, especialmente, la población civil: el rearme de paramilitares y la expansión del Clan del Golfo de la mano de narcotraficantes e integrantes de la fuerza pública.