Dos guerras mafiosas tienen en jaque a la capital del país. Según la Sijín, el resultado de esas vendettas ha dejado este año 23 muertos cuyos cuerpos torturados y descuartizados aparecen casi todas las semanas en las calles de Bogotá .
La primera de estas guerras la libra una organización del narcotráfico conocida como Los Firma contra un grupo de esmeralderos.
Los Firma está liderada por un hombre conocido con el alias de ‘J Firma’, quien llegó al mundo de la mafia hace varias décadas de la mano del exparamilitar ‘Macaco’. Hoy es considerado por las agencias antinarcóticos como el capo de capos del narcotráfico y cabeza de la organización. Incluso, en varios organigramas aparecía ubicado al lado del extraditado jefe del Clan del Golfo alias Otoniel, con quien tenía una alianza. Una vez ‘Otoniel’ fue enviado a Estados Unidos, las autoridades lo ubican por encima de ‘Chiquito Malo’, el nuevo jefe del clan.
El brazo armado de ‘J Firma’ es liderado por un poderoso exparamilitar que delinquió en el centro del país conocido con el alias del ‘Pájaro’. Tras cumplir la pena impuesta de ocho años en Justicia y Paz volvió a escalar en el mundo criminal para enfrascarse en una guerra mafiosa por el control del narcotráfico en Bogotá. Según las agencias antidrogas, Los Firmas manejan desde la capital una de las rutas más lucrativas del narcotráfico que termina en Dubai.
Publicidad
En medio de esas narcobatallas, ‘Pájaro’ sufrió un revés cuando perdió a uno de sus hombres más cercanos. Se trata de un expolicía cuyo cuerpo fue encontrado junto a otros tres muertos en una camioneta abandonada en plena Autopista Norte de Bogotá. Crimen que acaparó la atención de la opinión pública.
Según las investigaciones de las autoridades, esos asesinatos serían una retaliación por una serie de crímenes ordenados por la organización de ‘J Firma’ y ‘Pájaro’, cuando eran aliados de ‘Otoniel’, contra varios pesos pesados de las esmeraldas, como se escucha en el siguiente audio en el que el extraditado jefe del Clan del Golfo habla de esas muertes:
Publicidad
El que colaboró para lo de Caicedo fue Julio, ese señor está trabajando por ahí, en estos días que se cayó algo como de 4 o 5 mil cosas, eso era de ese viejo. Está ayudando pa' el conflicto como se dice
Las muertes que más les dolieron a sus enemigos fueron las de Luis Caicedo, alias Don Lucho, un histórico capo asesinado el 16 de julio de 2021 y la de Jorge Gómez, un informante de la DEA asesinado en un parqueadero del centro de Bogotá en marzo del año pasado. Antes de ellos, otros cinco esmeralderos ya habían sido asesinados entre 2020 y 2021.
Un grupo especial de la Fiscalía investiga esta guerra y ha descubierto que tanto ‘J Firma’ como el ‘Pájaro’ cuentan con infiltrados en la propia Fiscalía y en unidades claves de la Policía. Esto les ha garantizado impunidad, que las investigaciones no avancen y que puedan vivir a sus anchas en lujosas haciendas en la sabana de Bogotá.
Tren de Aragua
La otra guerra que se vive en la capital del país es más macabra, visible y tiene aterrada a la ciudad. No es para menos, cada vez es más frecuente encontrar hombres descuartizados y partes de cuerpos en cualquier calle. Los responsables serían una organización criminal conocida como Tren de Aragua, nacida en Venezuela, conformada por cerca de 2.000 hombres y cuya característica principal es la sevicia y la violencia extrema.
Publicidad
El hecho más reciente ocurrió el jueves 25 de agosto, cuando aparecieron los cuerpos de tres personas en una carretilla, en el barrio El Amparo, de la localidad de Kennedy.
El secretario de Gobierno de Bogotá, Aníbal Fernández de Soto, confirmó la responsabilidad del Tren de Aragua en los crímenes y ofreció recompensas para dar con los responsables. “Una macabra modalidad que ya hemos conocido lamentablemente en otros casos en lo corrido de este año en Bogotá, que obedece a una disputa entre grupos del crimen, a vendettas entre delincuentes, a ajustes de cuentas”, precisó.
Publicidad
El terror que hoy vive la capital llegó desde el otro lado de la frontera: Venezuela. Así lo asegura Enrique Pertuz líder social de Norte de Santander: “Ese método que están empleando hoy en Bogotá, donde las personas no solamente son asfixiadas, sino que son descuartizadas, es un método que han venido utilizando en la frontera. Bogotá no se escapa por el gran número de connacionales venezolanos que hay allá que fácilmente pueden ser presa fácil para alimentar a esta estructura criminal”.
En lo corrido del año, 23 cuerpos aparecieron en la capital de la República en una disputa con otras bandas locales por el control de todo tipo de actividades ilegales en la ciudad.
Según el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, el general Carlos Triana, el motor de esta organización criminal son el microtráfico, el narcotráfico, la extorsión y el secuestro.
Si bien las vendettas son cada vez más frecuentes, la realidad es que el fenómeno viene sucediendo en la capital desde hace por lo menos dos años. El reto de las autoridades no solo es controlar esta situación sino detectar quienes los apoyan desde las instituciones encargadas de combatirlos.