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Las dos caras del vientre de alquiler: madres subrogadas y quienes son padres gracias a ellas

En Colombia está permitido el embarazo por sustitución, es decir, que quienes no pueden ser padres acuden al vientre de alquiler. Este es el testimonio de las dos partes.

Embarazo subrogado en Colombia

Noticias Caracol conoció los rostros de las dos caras del vientre de alquiler: las mujeres que han servido como madres subrogadas y aquellas familias que han hecho realidad su sueño de tener hijos gracias a ellas.

La historia de dos madres subrogadas


Laura Zúñiga ha sido madre cinco veces: tres de sus embarazos fueron fruto del amor de su matrimonio y los otros dos fueron el resultado de un anhelo ajeno que sintió como suyo.

Ofreció su vientre en alquiler porque siente que tiene “el don de servir y en realidad lo hice más por eso, por sentirme útil, por retribuir, porque para mí fue muy sencillo tener mis hijos y dije ¿por qué no? Empecé a indagar por internet, a leer, a empaparme del tema, porque ni mi esposo ni yo teníamos el conocimiento de cómo se llevaba a cabo este proceso y en realidad me pareció interesante”.

En 2018 buscó información y acompañamiento profesional -tanto médico como jurídico- y dio el paso con el apoyo de su familia.

Cuenta que publicó un anuncio por internet e “inicialmente se contactaron conmigo varias personas, pero nunca se concretó algo”.

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Finalmente, conoció a alguien de Estados Unidos: “Nos conocimos personalmente, conoció a mi familia, estuvimos seguros de que era una persona confiable” y fue así que, tras asesorarse, pudieron llevar a cabo el proceso del vientre de alquiler.

La mente y el corazón se arman de valor y fortaleza, pues para muchos retumba la idea de que nada sería más antinatural que entregarle su vientre a un bebé ajeno.

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Laura contó que “antes de empezar el proceso se es consciente de que el bebé no es de uno, no es para uno, no se va a quedar, pero durante el embarazo uno se va haciendo la idea y va separando sentimientos”.

Con mis hijos sabía que eran míos y es algo muy personal, pero con los bebés por subrogación es un sentimiento más de colaboración, de ver la satisfacción, de colaborar, de ver el amor en los otros papás, es llenador”, aseguró.

Otra madre que dio su vientre en alquiler, que se mantiene en el anonimato, dice que lo hizo porque “cumplía los requisitos y porque me parece un acto bonito ayudar a una familia que no ha podido tener hijos propios”.

Sin embargo, reconoce que tras este proceso “se nos divide la vida en dos: antes de ser madre subrogadas y después de ser madre subrogadas, porque uno no vuelve a ser el mismo. Esa experiencia de haber gestado un bebé y ver el bebé crecer en una familia feliz y llena de tantos beneficios que de pronto no tienen ni siquiera muchas veces nuestros propios hijos y muchos niños aquí en Colombia”.

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Laura, por su parte, cree que “cada embarazo es como un milagro y en realidad el ver por un lado mi satisfacción personal y por otro poder colaborar porque en realidad es un acto de amor muy grande poderle colaborar a alguien que tenga problemas de fertilidad, o los papitos que son solitos o que son del mismo sexo es bien complicado para ellos conseguir familia”.

Familias que se vuelven padres por vientre de alquiler


Bryan, Dominic, Oscar, David y una mujer que se convirtieron en padres gracias al vientre de alquiler tienen algo en común: no pueden concebir.

“Fueron más de 10 años buscando la opción, la oportunidad de ser mamá, y por una enfermedad de base que se llama endometriosis ovárica no podía concebir porque una de las causas es infertilidad. Después de muchas pérdidas, de muchos intentos, de muchas formas de buscarlo a través de una clínica, logramos hacer todo el procedimiento con nuestra carga genética”, cuenta la madre de un niño que ahora tiene 7 años.

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Y en el caso de una pareja homosexual, que lleva 15 años juntos y que tiene dos hijos, el vientre de alquiler fue la opción para conformar una familia.

“Esto nos está dando la oportunidad a todo tipo de seres humanos de poder ser padres, sea como sea, creo que tenemos el derecho y podemos hoy en día aprovechar la tecnología, la ciencia, la ley, todo, que avalúa para que todos podamos cumplir un sueño”, dice Óscar Carreño.

Dominic y Bryan Rampston son del Reino Unido y por cuestiones laborales se trasladaron a Seattle, Estados Unidos.

Fue a través de un grupo de Facebook que se enteraron de Celagem, un centro latinoamericano de genética y diagnóstico molecular que, según su página web, funciona en Colombia, Argentina y México y es especialista en medicina reproductiva, genética y reproducción asistida.

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Dominic Rampston relata que “realmente queríamos tener una familia, si hubiéramos vivido en el Reino Unido creo que habríamos tomado la adopción mucho más en serio, pero desde una perspectiva de inmigración no podríamos adoptar en los Estados Unidos de todos modos”.

En 2022 se convirtieron en padres. Lochlan nació el 10 de agosto y Caleb el 23 de noviembre. Dos mujeres fueron sus madres subrogadas.

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Dominic sostiene que “nadie hace esto solo por el dinero. Obviamente el dinero es una gran parte de esto y es cierto, las madres subrogadas reciben dinero por lo que pasan, el gran riesgo que corren con su cuerpo, el estrés al que someten su cuerpo, el costo emocional, así que creo que el dinero es justo y es parte de esto. Pero la otra parte es el amor, ya sabes, estas mujeres son increíbles y están ayudando a las personas a crear familias”.

Los hijos de Bryan y Dominic fueron engendrados en un centro de genética en Bogotá. Son medio hermanos biológicos porque comparten la misma donante de óvulo y cada uno de los padres aportó su espermatozoide. Ellos, al igual que Óscar y David, están de acuerdo con la regulación del vientre de alquiler en Colombia.

Procesos médicos y legales para el vientre de alquiler en Colombia


El proceso de subrogación o embarazo por sustitución tiene y requiere de dos partes: la familia o persona que desea vivir la paternidad o maternidad y que no puede concebir por motivos biológicos o médicos y que, además, tiene los recursos económicos para llevar a cabo el proceso. La otra es la mujer que voluntariamente desea prestar su vientre para que ese bebé se forme, es la portadora gestacional, quien recibe una retribución monetaria, que depende del acuerdo al que se llegue con la familia intencional.

En Colombia, aunque no hay una ley explícita que regule el vientre de alquiler, la Corte Constitucional sí ha emitido jurisprudencia en la que establece algunos parámetros.

Es una práctica que no está prohibida, pero pese a que no se establece cuántas veces puede una mamá alquilar un vientre, médicamente se recomienda que no sea más de tres veces.

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La corte también ha fallado explicando que la mamá subrogante debe ser mayor de edad, haber tenido un hijo previamente, debe hacerlo como un acto altruista, es decir, que no sea para fines lucrativos, y que la pareja que solicite el vientre de alquiler no pueda tener hijos o tenga problemas de reproducción.

La ley en trámite propone generar las reglas claras sobre esta práctica que cada vez toma más fuerza en el país.

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Clínicamente, el doctor Iván Darío Montes, especialista en medicina reproductiva e infertilidad, precisa que “hay que cumplir con unos requisitos y dentro de esos requisitos está no tener edad mayor de 35 años, no haber tenido más de tres cesáreas, no haber tenido más de tres partos, no puede haber tenido complicaciones durante sus embarazos anteriores, no puede tener sobrepeso u obesidad, es decir, tiene que ser una mujer sana para poder llevar el embarazo”.

El proceso de fertilización también debe cumplir unas condiciones.

“Generalmente se requiere que alguno de los dos sea el padre genético de este bebé, sea el espermatozoide o el óvulo en el caso de ser una mujer, o si se puede ser los dos al tiempo también los dos al tiempo. Se inicia con un tratamiento de fertilización in vitro, obligatoriamente la madre portadora no puede ser la madre genética de ese bebé, es decir, los óvulos de esa madre no pueden ser fecundados por los espermatozoides del papá o del esposo de la mujer que va a ser la madre intencional”, explica el experto.

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