Hernán Penagos, registrador nacional, calcula que hay un millón y medio de colombianos que viven en las zonas más remotas del país y que no tienen ningún tipo de identificación. Uno de sus propósitos al frente de la entidad es corregir el déficit de derechos para esas personas.
Noticias Caracol acompañó al registrador nacional a una jornada de identificación en la Sierra Nevada de Santa Marta, más exactamente en la quebrada Sol, un valle recóndito incrustado en esa cordillera inexpugnable.
Allí vive una comunidad de 300 campesinos. Llegar hasta ellos es una odisea, pues a duras penas suben a lomo de mula. Al menos 20 funcionarios de la Registraduría arribaron a la zona para realizar una jornada masiva de identificación en el territorio.
¿La razón? El 80% de los indígenas kogui no tienen registro civil, tarjeta de identidad o cédula. Es decir, no tienen cómo saber quiénes son, cuántos son o dónde están.
“Datos mundiales y latinoamericanos dicen que cerca de mil millones de personas en el mundo no tienen identidad jurídica. Nosotros calculamos que en Colombia fácilmente hay un millón y medio de personas sin ningún tipo de identidad. Podemos decir que los habitantes de una ciudad como Barranquilla no están identificados”, indicó el registrador Penagos.
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A orillas del río Guachaca, en Magdalena, el registrador sostiene que, si un Estado dice ser democrático, tiene que garantizar a sus ciudadanos, como mínimo, una identificación sin importar lo lejos que vivan o lo que haya que hacer para encontrarlos.
“Una persona que no está identificada no goza de ninguna oferta del Estado, subsidio o transferencia. El derecho a la salud se vuelve precario, la vivienda es impensable y el derecho a la educación es nulo. No podríamos decir que son colombianos porque no tienen un registro civil del Estado. Eso ocurre en toda Latinoamérica, no digo que sea solo Colombia”, puntualizó el funcionario.
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Según la Registraduría, Magdalena, Vichada, Guaviare, Amazonas, Cesar, Chocó y La Guajira son los departamentos donde se presume que hay más colombianos sin identificar.
Comunidades enteras de indígenas, afros y campesinos que la Registraduría no sabe sus nombres, apellidos, géneros, grupo sanguíneo, identidad de sus papás o dónde nacieron. Millón y medio de personas en Colombia jamás han votado.
“Colombia es un país sui generis, es un país difícil desde el punto de vista geográfico. Hay lugares demasiado apartados donde los colombianos no van ni al centro poblado más cercano. El desplazamiento en Colombia también ha generado problemas de identificación que son importantes. La desidia de los gobernantes y del Estado también influye”, acotó el registrador Penagos.
Bueno, lo primero es que Colombia es un país sui generis, es un país difícil desde el punto de vista geográfico, hay lugares demasiado apartados donde inclusive los colombianos ni siquiera se animan a ir al centro poblado más cercano. En segundo lugar, el desplazamiento en Colombia también ha generado problemas de identificación importantes. Y en tercero, también hay que decirlo, la desidia de los gobernantes, la desidia del Estado.
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Durante esta jornada, los funcionarios de la Registraduría lograron en 4 días identificar a 472 indígenas, expedir 152 registros civiles, 79 tarjetas de identidad y 241 cédulas. La mayoría de los colombianos tuvo que caminar durante horas o días para alcanzar ser beneficiado.
Antes de regresar a Santa Marta, el registrador Penagos hizo una parada en Dibulla, La Guajira. Allí pasó por la sede de su entidad y constató las dificultades propias de tener a un solo funcionario y se comprometió con más jornadas de identificación en ese departamento.
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Mientras llegan las elecciones presidenciales y legislativas de 2026, el registrador Penagos se propuso identificar al menos a la tercera parte del millón y medio de colombianos que sobreviven en los territorios más inhóspitos del país.