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Fuertes testimonios de niñas que se prostituyen por hambre en la frontera con Venezuela

La migración no solo encierra el padecimiento por el desarraigo, sino que también pone en peligro a estas pequeñas que sueñan con un futuro mejor.

Niñas que se prostituyen en la frontera

El ingreso por lastrochas en Norte de Santander se ha convertido en un paso peligroso para los menores de edad, pues Noticias Caracol logró el testimonio de niñas, en su mayoría venezolanas, que han caído en redes de prostitución y trata de personas, muchas de ellas se prostituyen por hambre.

En el sector de La Parada, en Villa del Rosario, un lugar golpeado por la violencia y que es punto de encuentro, casi obligado, para cientos demigrantes venezolanos que huyen del hambre de su país.

Y el éxodo no para, según la ONU, se ha registrado un incremento de niños venezolanos llegando a Colombia, desprotegidos y que por hambre caen en las garras de los pedófilos.

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Las niñas, que permanecen en las afueras de una licorera de Villa del Rosario, no superan los 15 años. Cuentan que trabajan de noche para ganar 20 mil pesos.

Fueron víctimas de varios delitos por lo que Noticias Caracol se abstiene a publicar la totalidad de sus testimonios, pero si algunos apartes. Muchas de las menores fueron rescatadas por una fundación.

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Desde los trece años me puse en las esquinas y eso. Me ofrecían entre ocho mil y diez mil pesos por tener relaciones sexuales y lo hacía por mis hermanos porque aguantaban hambre”, relató una de las víctimas.

Liz Corredor es la directora de una fundación en Cúcuta que ayuda a los migrantes. Dice que la mayoría de niños venezolanos, al pasar la frontera, no encuentran apoyo estatal, por lo que caen en la prostitución o son explotados sexualmente por adultos.

Nosotros, pues estamos tratando de brindarles alimentación, les damos espacios amigables para que aprendan un arte”, manifestó Liz Corredor, coordinadora de la fundación Fumupro.

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También existen denuncias de niñas que habrían sido abusadas en las trochas.

“Estaba yo trabajando, estaba reciclando porque mi mamá me abandonó en la trocha y llegaron unos tipos con un cuchillo, me dijeron que tenía que hacer esa broma, si no me mataban. Fueron tres los que me violaron, tenía trece años”, expresa una menor víctima de abuso en su testimonio.

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Las autoridades dicen no tener un estadística precisa de este flagelo, pero aseguran que los operativos en moteles, residencias y hostales son permanentes.

“En estos días realizamos actividades cerramos hoteles donde se encontraron menores de edad. Se capturaron cuatro personas y se restablecieron los derechos de siete menores”, informó el general Óscar Moreno, comandante de la Policía de Cúcuta.

Una nueva esperanza para los niños migrantes desamparados en la frontera son las iniciativas de fundaciones como Fumupro, donde los menores de edad rescatados de la explotación sexual y laboral reciben clases en diferentes áreas, pero los pequeños siguen llegando y exponiéndose al peligro.

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“Hay unas que les pagan 8 mil 10 mil pesos, pero eso varia de qué edades, entre 12,14 y 15 años. Se puede hacer mucho más por ellas, se pueden rescatar y se les puede brindar un mejor futuro”, agregó Liz Corredor.

En la frontera, una tierra que nadie reclama, los niños han pagado el costo más alto. Los que han sido rescatados llegan a la fundación con secuelas psicológicas, enfermedades y/o en estado de embarazo. Otros siguen engrosando las estadísticas de explotación sexual, que nadie ha querido recapitular.

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