Las flores colombianas llegan a los más apartados rincones del mundo para acompañar momentos e historias memorables. Son más de 2 mil millones de dólares los que entran a Colombia por cuenta de la floricultura, por lo que el país es catalogado como el primer productor y exportador del mundo.
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Paz, armonía, tranquilidad y alegría son algunas de las cualidades que se viven y sienten en las fincas dedicadas a la floricultura en Colombia.
Las flores son seres vivos que tienen cuidados especiales: les habla, les cantan, les alimentan y les hidratan. Se supervisan 9 horas al día y 7 días a la semana para protegerlas de enfermedades o plagas. Además, cumplen una función fundamental y es darle alegría tanto a quienes las reciben como a los que trabajan con ellas.
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Las flores colombianas son clave en la economía del país. Desde hace 50 años sirven como negocio y bienestar a miles de familias.
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En la actualidad este sector ocupa cerca de 10 mil hectáreas de tierra, es decir, un poco más de 10 mil estadios iguales a El Campin de Bogotá; el 60% de los trabajadores de estas fincas son mujeres, muchas de ellas, cabeza de hogar.