La lucha por contener el fuego en cerros, páramos y laderas de montañas es un trabajo arduo e ingrato para los bomberos en distintas regiones del país. Apagar el fuego que generan manos criminales es un esfuerzo para los rescatistas, que arriesgan sus vidas.
El país vive una emergencia por el fenómeno de El Niño, pronosticado desde hace 6 meses por expertos en el clima. conocedores del tema dijeron que llegaría con fuertes impactos a países tropicales como Colombia.
Si bien es cierto que el riesgo de incendios forestales es alto por estos días y las sequías son frecuentes, ¿qué tanto ha influido la mano humana en las llamadas consecuencias del cambio climático?
El Amazonas es el gran pulmón del país. Ese ecosistema, desde hace años, es asfixiado por el humo de los incendios y lastimado con deforestación.
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo, hizo referencia a cómo el humano influye en los incendios: “Tenemos una cultura pirómana. En Colombia tenemos, desafortunadamente, muy arraigado el tema de cómo durante los veranos proceder a quemar y remover coberturas vegetales naturales con fuego. Ya sea para hacer fincas, desarrollos agrícolas”.
Esta práctica no es nueva y destruye un ecosistema que es vital en el ecosistema vital en el equilibrio ambiental.
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“Vale la pena señalar que en la región amazónica colombiana, históricamente y durante los últimos 5 años, se había presentado un fenómeno que en términos cuantitativos es mil veces mayor que el que se ha visto en esta semana en Bogotá. Para que pensemos un poco en la dimensión de lo que está sucediendo con respecto a eventos extremos que se están dando”, agregó Botero.
Es decir, la humanidad se enfrenta a un fenómeno natural potenciado por el descuido de los ecosistemas.
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