Su verdadero nombre es Andrés Gutiérrez, pero su fachada se cayó hace tres meses, cuando el abogado al que suplantó, Julio José Orozco, lo descubrió por un par de extrañas llamadas.
Según el denunciante, una fundación lo contactó y le mostró “una documentación donde reposaba mi fotografía, mi segundo nombre y mi apellido y quien la estaba usando me presentaba como un supuesto inspector de la ONU. Esa persona tenía una contratación con esa fundación y la venía engañando”.
Orozco hizo la denuncia sin prestarle mayor atención, pero el 16 de abril recibió la llamada de otro organismo y descubrió que no solo lo suplantaba a él.
El impostor estuvo a finales de noviembre en la Casa de Nariño y se presentó como un representante de la niñez y juventud de la ONU.
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Y así fue reconocido hasta hace muy poco en eventos nacionales e internacionales, en los que hablaba de reuniones con el procurador general y proponía mesas de trabajo con el presidente Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
En ese rol, llegó incluso a realizar nombramientos a alcaldes y otras personalidades de la vida nacional como embajadores de la niñez y juventud, como consta en actas que entregaba hechas en papelería membretada del organismo internacional firmados de su puño y letra.
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Dentro de su suplantación fue reconocido por la Academia de Artes y Ciencias Políticas de Washington con el premio Liderazgo Joven en el 2019.
Pero su engaño se vino al piso cuando el abogado Orozco logró contactarlo telefónicamente.
El abogado suplantado dijo que lo llamó unas tres veces, pero Gutiérrez le respondió por WhatsApp. Ahí vio que en el perfil usaba su nombre y foto.
Cuando el joven le preguntó “con quién tenía el gusto, le dije que él sabía con quién tenía el gusto, porque por supuesto en mi WhatsApp aparece mi fotografía, la que él usa, y entonces me dijo que no me podía contestar porque era pascua judía. En efecto me di cuenta de con quién estábamos tratando, porque ni era pascua judía ni él era judío”.
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Por su parte, Rosario Díaz Garavito, coordinadora regional de América Latina y el Caribe de juventudes y niñez de la ONU, dijo que Andrés no pertenece al organismo “y por ende no ostenta ningún tipo de representación o cargo a nivel local, nacional, regional o global de ninguno de nuestros grupos de trabajo”.
“Todos los nombramientos honoríficos con cargos de embajadores u otros que generó este joven no tienen ningún tipo de validez”, agregó.
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Este impostor, al que le quitaron el galardón otorgado en Estados Unidos, enfrentará una demanda por falsedad y suplantación.
La denuncia está en manos de la Fiscalía General, que tendrá que definir el futuro de un impostor que en pleno siglo XXI logró engañar a altos funcionarios del Gobierno colombiano.