La violencia y el narcotráfico han cambiado de foco en Norte de Santander. Cúcuta se ha convertido en el nuevo centro de operaciones de las bandas criminales, que han transformado la ciudad en una autopista fronteriza para el narcotráfico. El canal Bogotá, con 8.800 metros de recorrido, se ha convertido en un refugio para más de 2.800 personas, principalmente habitantes de calle, quienes viven en condiciones deplorables.
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Situación de los habitantes de calle
En el canal Bogotá, conocido como el 'Bronx de Cúcuta', los residentes sobreviven entre basura y cambuches. Una mujer embarazada expresó su desesperanza diciendo: “Porque no tengo por qué luchar”. La población en situación de calle está compuesta en su mayoría por hombres jóvenes, con un creciente número de ancianos y niños. Según el DANE, el 42.1% son venezolanos, el 39.4% son de Cúcuta, y el 18.5% provienen de otros municipios colombianos.
Las bandas criminales han aumentado su control sobre esta población vulnerable, utilizando a muchos de ellos para el microtráfico y otros delitos. Carlos Andrés Muñoz, abogado y docente, quien ha trabajado con esta población durante diez años, reveló que ha recibido “cuatro amenazas en tres meses” debido a su labor en la defensa de los habitantes de calle. Muñoz denunció que las amenazas incluían mensajes como: “Quédese quieto, no diga que está defendiendo al habitante de calle. No salga más. Ustedes saben quiénes somos”.
Muñoz ha documentado la extorsión y manipulación de la población trans en el contexto de la prostitución y el microtráfico. A pesar de las amenazas, ha logrado identificar a miembros de bandas criminales y colaborar con las autoridades. Sin embargo, la amenaza persiste: “Las mujeres trans se han revelado contra las bandas, pero ahora temen represalias”, indicó Muñoz.
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Urgencia de una política social
La situación en Cúcuta requiere una respuesta inmediata. Los residentes locales viven con miedo constante, y la necesidad de una política social contundente se vuelve cada vez más urgente. La comunidad pide atención y soluciones para enfrentar la crisis que ha devastado su ciudad, con la esperanza de que no se les olvide y se actúe para mejorar sus condiciones de vida.
La situación en Cúcuta refleja un grave problema de seguridad y bienestar social que requiere intervención urgente para proteger a los más vulnerables y restaurar el orden en la ciudad.