La historia de León María Lozano, jefe de Los pájaros en el Valle del Cauca, no es una lección aprendida. Para desgracia de Colombia, en épocas más recientes algunos personajes lo han imitado.
Los pájaros de Cóndores no entierran todos los días actuaron en la realidad de los años de la violencia bipartidista en Colombia, como lo harían años después los paramilitares de Castaño.
En su trabajo de grado sobre León María Lozano, su bisnieto, Sebastián Martínez Mena, concluye que con su bisabuelo se cristaliza una forma de hacer violencia que no ha sido erradicada todavía en el país.
Según Martínez, el líder de los pájaros silenciaba voces para mantener el orden.
La novela de Álvarez Gardeazábal inmortalizó una historia que parece repetirse en los tiempos del paramilitarismo. La única diferencia es la víctima.
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