En los próximos días la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- escuchará la declaración de algunos exjefes de las desaparecidas FARC. El motivo de esa citación será conocer su versión sobre varios crímenes, entre ellos, el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. Pastor Alape, Pablo Catatumbo y Jaime Alberto Parra son algunos de los citados.
Los antiguos comandantes deberán referirse a la confesión del 4 de octubre del año pasado, cuando Julián Gallo, conocido en la guerrilla con el alias de Carlos Antonio Lozada, hizo una inesperada revelación sobre cómo fue asesinado el político conservador.
“Una vez se tuvo esa información se puso en conocimiento del estado mayor del bloque en cabeza del comandante Jorge Briceño (alias Mono Jojoy) y se dio la orden de proceder con el atentado”, dijo hace seis meses ante la JEP Lozada, hoy senador del partido de los Comunes.
Esa confesión cayó causó un gran desconcierto en el país. Y no era para menos. El secretariado de las FARC asumió la responsabilidad de un crimen que por décadas apuntó a todos lados menos a la guerrilla.
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Desde noviembre de 1995, cuando Gómez fue asesinado, las hipótesis investigativas señalaron, inicialmente, a un sector de la inteligencia militar como responsables. Posteriormente otras pesquisas se enfocaron en el cartel del Norte del Valle y políticos como los determinadores del magnicidio. Esta última hipótesis ha sido respaldada desde hace varios años por la familia de Gómez Hurtado.
“Han pasado más de seis meses y se han venido adelantando estas audiencias ante la JEP y se ha confirmado lo que mi familia y yo hemos denunciado preliminarmente y es que esta hipótesis no tiene ni pies ni cabeza”, dijo Enrique Gómez Martínez, abogado y representante de la familia del líder conservador, al referirse a la confesión de los exfarc.
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En medio del desconcierto que ha causado esa declaración, Noticias Caracol tuvo acceso a cerca de 3.000 correos electrónicos olvidados de los jefes de las autodefensas, que aportan otros elementos sobre quiénes pudieron ser los responsables del crimen. Se trata de una serie de mensajes en los que el mismo Carlos Castaño aseguró que el magnicidio fue cometido por un oficial retirado de la policía que hacía parte del Cartel del Norte del Valle.
“…Un coronel (r) de la Policía colombiana, Danilo González, no solamente es el cerebro del secuestro de Richard Boulton, sino de otras atrocidades como el secuestro en Colombia de Juan Carlos Gaviria, hermano del actual secretario general de la OEA y el asesinato deÁlvaro Gómez Hurtado , entre muchas otras bestialidades”. Ese es uno de los apartes de un extenso correo que el entonces jefe de las AUC le envió en el año 2002 a Richard Boulton.
Se trataba de un empresario venezolano que había sido secuestrado por una facción de paramilitares del Meta y tras dos años de cautiverio fue liberado gracias a la gestión de Castaño cuando éste se enteró de que hombres de las AUC eran los responsables de ese plagio.
“…Señor Castaño: nuestro eterno agradecimiento, respeto, estima y admiración por haber logrado la pronta liberación de nuestro queridísimo Richard!!!”(…) de verdad nunca olvidaremos lo que usted hizo, es como usted bien lo señaló un triunfo humanitario que estará en nuestros corazones por siempre”, dice uno de los correos que la familia de Boulton le escribió a Castaño poco después de la liberación del empresario.
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Danilo González, el oficial al que se refería Carlos Castaño, fue un cuestionado coronel que fue retirado de la Policía por señalamientos de estar al servicio de diferentes capos del cartel del norte del Valle. Ese oficial fue asesinado en marzo de 2004 en el norte de Bogotá. Las investigaciones posteriores señalaron que ese homicidio fue cometido por rivales de la organización criminal de la que presuntamente pertenecía González.
Ese correo de Castaño del año 2002 no es la única referencia olvidada sobre la eventual responsabilidad de la mafia en el magnicidio.
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“…Así como buscaron a Carlos para el secuestro de Juan Carlos Gaviria, también fueron a buscarlo Danilo González y Orlando Henao para la muerte de Álvaro Gómez Hurtado. Carlos se opuso y de todas maneras Álvaro Gómez Hurtado fue muerto. ¿Por orden de quién?: Orlando Henao y Danilo González", este es uno de los apartes de la declaración que rindió el 27 de agosto de 2008 el jefe paramilitar del bloque Calima, Evert Veloza, alias 'HH', ante Justicia y Paz.
En esa misma diligencia 'HH' afirmó que el asesinato del líder conservador fue posible debido a los contactos con poderosos capos y algunas autoridades que tenían González y Henao.
Estos correos olvidados de Carlos Castaño y los jefes paramilitares controvierten la versión del magnicidio que han entregado los exfarc. Seguramente será tema obligado en las declaraciones que en los próximos días darán los excomandantes de la extinta guerrilla. Con versiones tan disimiles sobre la mesa, será la JEP la que ahora tendrá la palabra en un crimen que lleva más de un cuarto de siglo en la impunidad.