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Coquí, el defensor de derechos humanos de las causas justas

Cerca del 90% de los asesinatos de líderes sociales en Colombia está en la impunidad. Uno de los casos emblemáticos de inoperancia de la justicia es el de Jorge Solano, quien denunció a corruptos y advirtió amenazas de muerte que no fueron atendidas oportunamente.

Líder social asesinado Jorge Solano

Jorge Solano, o más conocido como Coquí, era un hombre que arreciaba sus denuncias contra la corrupción y los violentos, así hablaba en sus redes sociales.

"Usted no pudo con amenazas, no pudo con el soborno ni seguramente podrá por la vía judicial. Le queda una sola vía, la de las armas, la del asesinato conmigo, a mí no me va a sacar del paseo, como ha sacado a mucha gente usted, aquí la pelea conmigo es diferente, soy defensor de derechos humanos”, dijo Jorge Solano antes de ser asesinado.

Sin miedo, así se expresaba este líder de derechos humanos de Norte de Santander, quien condenaba hechos de corrupción y retaba a los culpables.

“Decirle a la señora juez y a la familia criminal que no me voy a retractar, que la justicia me ha dado la razón absoluta y que asumiré las consecuencias que vengan, porque yo sí acato las decisiones judiciales y que no me importa estar preso todo el tiempo que sea porque mi conciencia está tranquila, porque usted señora juez no puede objetar mi conciencia", decía.

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Su voz la silenció un sicario frente a su casa al mediodía del 3 de noviembre de 2020. Le llamaban Coquí en su Ocaña natal, donde plantó su lucha social. Esteban, su hijo, así lo recuerda: “Coquí era, como me lo describió un amigo en el parque, un niño con canas. Fue siempre el defensor del niño que no dejaban entrar al colegio, o (de) la niña que, estando embarazada, siempre le negaban el cupo. Él, apadrinando causas justas".

Sus dos hijos, Carlos Roberto y Jorge Esteban, destacan que con la misma pasión defendía desde pequeños casos hasta los más complicados y peligrosos hechos de corrupción.

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“Una de las cosas que sacaba de casillas a Coquí, mi papá, era la injusticia, o sea, ver que se robaran las cosas, que existiera tanta inequidad, tanta desigualdad", agregó Jorge Esteban.

Como si presintiera su muerte, fue dejando el rastro de las amenazas en sus intervenciones públicas: “Yo no he tenido contratos ni con Jairo Pinzón ni con nadie. Por el contrario, Jairito, yo te rechacé $40 millones que me mandó. Tengo las pruebas, quién recogió en el Banco de Colombia esa plata. Usted sí tiene rabo de paja, porque Solano no".

Audios y chats en los que un comandante del ELN lo citaba de manera clandestina, cita que el líder nunca aceptó. Esteban fue recopilando todo.

“Tengo las llamadas y tengo los audios y los chats donde el ELN le prohíben a mi papá pronunciarse más sobre las denuncias", indicó el hijo de Jorge Solano.

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El joven abogado encontró un correo que su papá le envió a Pablo Beltrán, miembro del comando central del ELN en La Habana, donde se lee: "Esperando que usted, señor Pablo Beltrán, comandante y vocero de diálogos de paz del ELN, haga un análisis concienzudo de mi situación y responda positivamente a mi solicitud, adoptando las decisiones pertinentes."

Y su hijo fue uniendo el rompecabezas de las pruebas personales encontradas.

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"Le dijo que le parecía muy raro que, si se suponía que era una guerrilla, un cuerpo que estaba buscando equidad y la justicia social para la región, por qué lo iban a sesgar a él, si él no estaba haciendo nada que no fuera cierto", declaró Jorge Esteban.

El líder Solano nunca obtuvo respuesta. Aún no se sabe por qué sus denuncias le incomodaban a la agrupación guerrillera en el Norte de Santander.

Así, Coquí presintió que sus días estaban contados y dio aviso a su hijo días antes del atentado que acabó con su vida.

"Yo trabajaba en Santa Marta. Mi papá me lo dijo puntualmente por teléfono, no se devuelva para Ocaña y llévese a su hermano de Ocaña, yo no estoy contento y hay gente que me está molestando y me están amenazando", reveló el hijo.

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Jorge Esteban recuerda cómo, a los pocos días, recibió una llamada en su celular: “La persona con la que él estaba me llamó gritando a 'tu papá le pegaron dos tiros'. Yo le pregunté '¿cómo está él?', me dijo 'no, a su papá lo mataron'”.

Así fue como Esteban Solano se estrenó como abogado, con el asesinato de su padre. Su investigación apuntó a reconstruir la estructura criminal que lo habría matado y, con las pruebas, dice que identificó quién planeó y ejecutó el crimen, lo que lo puso de frente a riesgos claros para su vida.

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“Me estaba persiguiendo un tipo armado y ¿qué fue lo que hice?, salir de Ocaña. Cogí mi perrita, a mi mamá y mi hermano, nos desplazamos. Fue el primer desplazamiento forzado que vivimos”, comunicó.

Está convencido de saber quién ordenó el asesinato y así lo dice públicamente, aunque le falta la prueba final.

“Nosotros siempre supimos y sabemos y estamos seguros de que este par de personajes fueron los que mandaron matar a mi papá. Eso no lo estamos inventado nosotros, eso reposa en la Fiscalía, Jairo Pinzón y Saúl Pinzón, exgerente del hospital y expersonero. Ellos dieron 40 millones de pesos para mandar matar a mi papá. Y contrataron a Luis López y Manuel Manosalva y a Carlos Daniel Pinzón. Ellos dos los contrataron", dijo el hijo de la víctima.

La lucha jurídica de un hijo por desentrañar la verdad

Con la ayuda de un equipo de investigadores de la Fiscalía se logra la entrega de Víctor López Manosalva, acusado de disparar el arma contra el líder Solano.

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“Quien disparó fue Víctor Manosalva, un muchacho de mí misma edad, ocañero, que, según tengo entendido, tuvo que ver con los falsos positivos y el reclutamiento de los menores. Por medio de las declaraciones y de bastante material probatorio se logró identificar que era él y él mismo entró al caso como un agente encubierto, diciendo que él era testigo de todo lo que había pasado, lo que no sabía era que nosotros ya sabíamos que había sido el asesino”, indicó Jorge Esteban Solano.

Víctor López Manosalva pasó de testigo encubierto a capturado como sospechoso de ser el autor material del homicidio, así lo asegura el joven abogado Solano.

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"Nosotros teníamos los videos de él cuando accede a la calle el día que asesinaron a mi papá y se logra identificar que es él. Luego, él habla y dice quiénes fueron los actores y quién lo pagó", anotó Jorge Esteban.

Se le negó la solicitud de libertad en primera instancia por vencimiento de términos, en espera de una segunda instancia. Actualmente se encuentra privado de la libertad de manera transitoria en el búnker de la Fiscalía.

Y continúa desentrañando el entramado criminal, valiéndose de las pruebas.

“Luis López, quien hizo todo el estudio de inteligencia de mi papá, cuándo entraba y cuándo salía", agregó Solano.

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Se le acusa de haber comprado el arma y buscar al gatillero. Recientemente, fue dejado en libertad por vencimiento de términos. Por recurso de apelación interpuesto por la víctima, se revocó la medida y se libró la orden de captura. Sin embargo, hoy está en la calle. Existe otra persona vinculada al proceso.

"Carlos, que es el que se encarga de hacer toda la red criminal debajo de los Pinzón. Además, Carlos era el conductor y escolta de Jairo Pinzón”, manifestó Jorge Esteban.

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Se refiere al exgerente del hospital de Ocaña que tuvo líos administrativos denunciados por el líder Solano.

A Carlos Pinzón se le otorga libertad por vencimiento de términos, pero el joven abogado Solano tutela la decisión y logra revocarla por orden del tribunal penal de Cúcuta, pero también consigue que se le emita una nueva orden de captura. No obstante, Pinzón goza de libertad hasta el momento.

"Ellos están dilatando todo... La justicia a veces es muy garantista, pero ¿por qué se les garantiza los derechos a ellos y no a nosotras las víctimas?", dice el primogénito de Jorge Solano.

El tiempo pasa y la incertidumbre los familiares aumenta ante el temor de que el crimen de su padre quede impune.

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“¿Por qué lo hago público? Porque tenemos sed de justicia, nunca de venganza. ¿Por qué? Porque la sangre de mi papá no ha sido en vano, que sea para visibilizar que en Colombia a los líderes sociales los asesinan sistemáticamente”, aseguró.

Lleva tatuado a su padre, acompañado del número #254, que le tocó entre los líderes asesinados en Colombia.

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Según el Instituto de Estudios para Desarrollo y la Paz, Indepaz, van 1.303 líderes asesinados en Colombia desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las extintas FARC en noviembre de 2016.

Aproximadamente, el 90% de los asesinatos de los líderes sociales en Colombia está hoy en la impunidad. Uno de los problemas más delicados es la precariedad en la investigación.

Sobre el caso puntual de Jorge solano, líder social de Ocaña, Norte de Santander, que sacudió al país en el 2020 por haber hecho fuertes denuncias y avisar que lo podían asesinar los señalados directamente como corruptos.

Jurídicamente, su caso se mueve lento y ha tenido varios reveses, a pesar de que su hijo Esteban está dando la pelea en solitario por su padre para que se haga justicia, poniendo en riesgo su vida.

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