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Un relleno sanitario levantado en una zona de conservación, en el humedal San Silvestre, en Barrancabermeja, Santander, sigue generando polémica. Desde hace más de diez años no cesan las denuncias por contaminación de las aguas, afectaciones a la salud y malas prácticas en el vertedero. La Fiscalía le sigue la pista al relleno para determinar si se cometieron delitos y daños ambientales.
Imelda Arias habla indignada sobre un vecino que le cambió la vida en los últimos años: se refiere al relleno sanitario que recibe las basuras del puerto petrolero de Barrancabermeja. “El sancudo, la mosca, es impresionante”, mencionó Imelda.
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Los malos olores y las plagas serían el menor de los males. La contaminación del agua ha generado graves afectaciones a la salud.
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Wilson Díaz, quien lidera una asociación de pescadores, le contó a Noticias Caracol que siguen en alerta por las afectaciones a los cuerpos de agua. “Es parte de lo que estamos pasando con el relleno sanitario a la parte de arriba, en Patio Bonito, donde todas esas aguas descargan al caño el Zarzal y de ahí caen directamente a la ciénaga San Silvestre, que es el punto de agua que todos los barranqueños consumimos el día a día”, dijo.
También asegura Wilson que la contaminación de las aguas ha provocado varias mortandades de peces en los últimos años: “Fueron miles y millones de arencas que murieron a raíz de esa agua que bajó del caño de Zarzal y llegó aquí a la ciénaga San Silvestre y hace como unos seis años atrás tuvimos la pérdida de un Manatí en el sector de Castalia.
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El relleno sanitario está ubicado en el distrito de Manejo Integral del humedal San Silvestre (DRMI San Silvestre), una zona de conservación declarada en 2008, en la cual, por ley, no está permitida la construcción y operación de lugares de disposición final de residuos sólidos.
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Todo empezó en el año 2009, cuando Ecopetrol y la Occidental de Colombia entregaron un estudio a la Alcaldía de Barrancabermeja para la localización de un relleno sanitario.
Leonardo Granados, abogado especializado en medioambiente y director de la corporación San Silvestre Green conoce la historia: “Y le dijo claramente que el polígono 100, que es el predio que está ubicado en Patio Bonito, frente a la escuela de Patio Bonito, en el corregimiento La Fortuna, él es el que cumplía con todos los requisitos, lo cual era falso, porque, de acuerdo con el decreto 838, violaba la ley, pero el fondo del asunto es que el dueño de ese polígono era la finca de Reynaldo Bohórquez, que era el empresario dueño de Rediba, pero también es el empresario dueño de la empresa Construvicol, que es la empresa encargada de movimientos de tierra en el centro de Ecopetrol”.
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Para la ONG San Silvestre Green, detrás de la historia del relleno hay una compleja estrategia para favorecer a la industria petrolera. "El interés era un caballo de Troya. 'Entre un empresario de nuestra confianza, destruya el área protegida porque encima de esta área protegida para conservación ambiental' está proyectado, por Ecopetrol, el bloque Coyote o lo que se llama hoy el bloque Marteja para fracking. Ese era el fondo del asunto”, mencionó Granados.
En 2012, Reynaldo Bohórquez solicitó una licencia ambiental para operar un basurero en la zona, la cual fue aprobada por la Corporación Autónoma de Santander (CAS), autoridad ambiental del departamento. Sin embargo, en 2013, la solicitud la derogó por considerar que estaba en una zona de protección, pero en muy poco tiempo cambió de opinión y autorizó una solicitud de Rediba para sustraer el predio de la reserva.
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"El predio Anchicayá, cuya área se desea sustraer del DRMI humedal San Silvestre, es un predio que cumple con el 80% de los criterios técnicos de calificación de predios en los cuales se pueda construir y operar rellenos sanitarios", dijo el CAS.
Sin embargo, en 2017, otro estudio del Instituto Agustín Codazzi, Igac, advirtió posibles afectaciones a los cuerpos de agua: "La construcción e instalación de una estructura con la calidad de un relleno sanitario en esta zona, generará a futuro mayores afectaciones tales como las infiltraciones en el suelo de lixiviados cargados de residuos tóxicos y bacterias que afectaran la calidad del agua de las diferentes corrientes hídricas, las cuales alimentan, aguas abajo, el sistema del humedal de san silvestre".
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"¿Entonces, por qué si lo prohíbe la ley, lo prohíben los decretos ambientales, lo prohíben las normas constitucionales, la CAS le otorga la licencia?", preguntó Leonardo Granados.
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El tema se quedó ahí y el proyecto avanzó sin contratiempos.
Desde el año 2015, la comunidad de Patio Bonito inició una fuerte oposición al vertedero sin eco en las autoridades ambientales, pero sí en la ONG San Silvestre Green, que desde entonces viene documentando pruebas.
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En el año 2017, denunciaron a Rediba, la empresa que recogía las basuras y dueña del relleno, por la disposición final de residuos y vertimiento lixiviados, jugos contaminantes resultantes de las basuras.
“Construyeron piscinas de lixiviados por fuera de la licencia ambiental, lo que constituye tres delitos importantes: 1, contaminación ambiental; 2, invasión de área de especial importancia ecológica, que es otro delito; y 3, tala indiscriminada y daño al recurso natural. Todas esas conductas son agravadas porque son en área protegida”, aseguró Granados.
Después de la denuncia ante la Asamblea Departamental, dice Granados, en Rediba se dedicaron a ocultar las pruebas. Un área sombreada presentada en una imagen muestra cómo, mediante el relleno, taparon las evidencias.
Granados sostuvo que “aquí comienza el daño mayor. Quitan el plástico, la basura, y comienzan a tapar. Aquí se configuró el otro delito de destrucción y ocultamiento de elemento material probatorio y efectivamente se dañó por completo. Los gases comenzaron a salir, los niños se comenzaron a asfixiar”.
Por esos delitos, Liliana Forero Cala, gerente de Rediba en esa época, fue imputada por la Fiscalía General de la Nación.
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Patio Bonito es una vereda del corregimiento La Fortuna, en las afueras de Barranca. En este lugar, comenzaron a aparecer los primeros casos de afectación a la salud que registró el doctor Yesid Blanco. Como médico pediatra, sus denuncias pusieron en riesgo su vida y culminaron en el destierro.
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Hoy, desde el exilio, el médico sigue afirmando que el relleno sanitario continúa siendo una amenaza para niños y adultos: “Lo primero que se empezó a ver fue el deterioro de las fuentes de agua que la gente captaba. 32 niños que tenían una escuela al frente del basurero vieron el agua contaminada, los ganaderos de la zona empezaron a denunciar que las vacas abortaban. Los niños se empezaron a ver afectados por enfermedades extrañas en la piel y enfermedades respiratorias. Yo era el pediatra de la ciudad y tenía acceso a muchos de estos niños que eran mis pacientes”.
Cabe recordar que el agua de estas fuentes va a parar a la ciénaga de San Silvestre, donde toma agua Barrancabermeja.
“Ya con el tiempo encontramos -y con las denuncias- que los niveles de metales pesados de la zona se empezaron a elevar. Los niveles de mercurio ya eran absurdamente altos cuando yo me fui en el año 2017 o 2018: estaban en 1,7. El nivel máximo normal permitido en toxicidad para el ser humano es de 0,002. Vigilamos kilo la muestra. Entonces, es absurdo. Han convertido a Barrancabermeja en el Chernóbil de Latinoamérica”, mencionó el médico pediatra.
La presencia de metales pesados, según las investigaciones científicas, es un indicio en casos de cáncer en la población.
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“Nosotros habíamos logrado tener una prueba de laboratorios realizada por la Pontificia Universidad Bolivariana, que la apagó la alcaldía en el año 2014 y, gracias a Dios, esa prueba es vital para nosotros porque en el 2014 la ciénaga no presentaba problemas de metales pesados. Es decir, había una presanidad del cuerpo hídrico y después, en el 2015, que se hace la otra toma de muestra por ese mismo estudio, empezamos a tener presencia de metales pesados como mercurio, amonio, arsénico, bario, que son altamente cancerígenos”, dijo Granados.
Pruebas de laboratorio realizadas en 2014 por la Alcaldía de Barrancabermeja dan cuenta de la evolución de los agentes contaminantes.
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Otro estudio multitemporal, solicitado a la Fiscalía, mostró cómo ha cambiado el terreno en los últimos años.
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En 2019, Rediba vendió el relleno sanitario a la multinacional francesa Veolia, que presentó un concepto de gestión ambiental sostenible. Sin embargo, el abogado Granados dice que las cosas no mejoraron y por el contrario sus investigaciones apuntan a una situación más compleja.
Una imagen grabada por San Silvestre Green en 2023 con un dron muestra un tubo de vertimientos que lleva a unos caños que conducen al complejo cenagoso. “Todo lo húmedo que ustedes observan son lixiviados. Como ustedes pueden ver, tiene esas líneas de escorrentía en la tierra, que son de aguas lluvias hidrolixiviadas y el canal perimetral que ustedes observan está completamente tapado. Por tal motivo, todos los lixiviados bajan”, mencionó Granados.
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En las imágenes se ven las piscinas de lixiviados y se puede observar unos canales perimetrales que conducen el líquido. Ya en tierra, un video de la misma corporación muestra cómo los operadores de Veolia bombean el contaminante desde la piscina de lixiviados a través de unas mangueras.
Sin cortar la secuencia, la cámara sigue mostrando lo que pasa en ese momento. Se ve la planta de tratamiento de lixiviados de Veolia y, como lo muestran las imágenes, no se ve en funcionamiento. Otras imágenes grabadas ese mismo año, muestran lo que parece ser residuos peligrosos que bajan de un camión. Según Veolia, allí solo van a parar las basuras de las casas y residuos municipales ordinarios.
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“Están haciendo disposición final de residuos peligrosos de la industria del petróleo. Ese camión salía de la refinería de Ecopetrol de Yondó y, para que ustedes tengan claridad, los chulos son unos animales que permiten tener un bioindicador. Los chulos nunca se acercan al residuo peligroso porque el olor saben que es un veneno. Pero usted ve al lado el carro compactador que tiene residuos orgánicos y están todos, pero se van a quedar observando dos cosas importantes. Si usted se da cuenta, los operadores del furgón tienen esto máscara full fight para residuos tóxicos gases tóxicos, pero los otros no”.
La empresa Veolia, en un comunicado, dijo que no conoce las imágenes de la denuncia que sus procesos se destacan por cumplir las normas ambientales y que su planta de tratamiento de lixiviados opera con normalidad: “Es importante destacar que la autoridad ambiental que otorgó la licencia para la operación del sitio de disposición final realiza un monitoreo permanente y periódico con un equipo interdisciplinario de profesionales que han validado y declarado a la fecha el cumplimiento de cada una de las obligaciones establecidas en el plan de manejo ambiental”.
Por su parte, Ecopetrol, mediante un correo electrónico, reconoció que apoyó con un estudio a la Alcaldía para sugerir los posibles sitios para el relleno sanitario, pero que no participó en su elección. La pregunta sobre los posibles intereses de la empresa en futuros proyectos de fracking en ese lugar no fue respondida.
Entre tanto, en Patio Bonito, Imelda se lamenta de que quizás ya no tenga el agua que le prometieron para su acueducto. Para ella, que convive a diario con el problema, lo que ha escuchado en los últimos años es que allí, pese a las evidencias, no pasa nada.
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