En Colombia hay aproximadamente 300 especies de serpientes, de las cuales solo el 18% representa un peligro para la salud humana. Más del 90% de casos de envenenamientos son causados por víboras, más conocidas como mapana, taya o cuatro narices. También las cascabeles y un porcentaje menor son causados por corales.
Estas serpientes están distribuidas en diferentes regiones del país principalmente en zonas cálidas, pero en épocas de invierno como la que enfrenta el país es muy probable que las serpientes se acerquen a las viviendas en varias zonas de Colombia, incrementando una situación de salud pública grave: las mordeduras.
El Instituto Nacional de Salud cuenta con un serpentario, ubicado a hora y media de Bogotá, todo un laboratorio diseñado para crear el suero antiofídico que salva vidas. En este laboratorio hay más de 150 serpientes de diferentes regiones del país.
Una treintena de caballos es utilizada para realizar estas curas. Previos chequeos clínicos, se les inyecta en varias ocasiones pequeñas dosis de la mezcla de venenos así no les causan daño, pero sí estimulan al sistema inmune para producir anticuerpos.
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Para conocer el resto del proceso, vea el video que acompaña esta nota.